Los chicos de las escaleras II Ziall Horlik II

2. 2010 (Editado)

**Niall

-Ya son una banda lo mejor es conocerse y, relajense trabajaran mejor si se llevan bien.

No estabamos más en el equipo de solistas, ahora estabamos en los grupos.

-Una recomendación es que hagan algo "extracurricular", no sé, hagan una pijamada en casa de alguno de ustedes.

-Y pintarnos las uñas.- me susurró Louis haciendome reir alto.

-Si, Niall.

-No nada, solo...

-Y compartan ideas sobre como les gustaria llamarse, ese tipo de cosas.

Cortante, todo un productor de televisión.

-Comentenlo, deben irse por la noche.

Todos se revolvian buscando a sus compañeros.

-¿Les gustaria ir a mi casa para la pijamada?-hizo comillas en el aire, Harry era muy agradable no pense que seria el primero con el que me llevaria bien.

-¡Si!

-Espera Louis, ¿Harry, no molestaremos a nadie?

-No Liam, bueno Des no sabe que llegaremos, pero será como una sorpresa ¿no? Además no estará.

Reimos y Liam seguia preocupado por el papá de Harry

-Niall que te parece.

Niall despierta deja de ver a Zayn, ¡te hablan idiota!

-Si, claro.

Bien sicópata sigue observando al chico hasta que le des miedo.

-¿Debemos ir por nuestras cosas no?

Oh acaba de hablar, resistan piernas ustedes pueden.

-Los veo en la salida, un taxi nos recogerá en dos horas.

Lleva tu lencería Horan.

Dios que pienso.

Dos horas después.

-Yo al frente.

-Yo soy el mayor debo ir al frente.

-Yo pago el taxi, yo al frente.

-Bah, niño rico.

Todos reimos, estos dos tenían alguna conexión quizá habian sido separados de chicos.

-Atrás rubia, cinco minutos tarde.

-Que hay de Zayn, todavia no llega.

-Junto a ti, ese es su lugar.

Pensar cada cosa en doble sentido, una cualidad.

Me senté, saqué mi iPod y me puse los audifonos y pude escuchar cuando gritaron su nombre.

Solo cierra los ojos.

-Hola Ni.

Abrelos, abrelos tienes que verlo.

-Hola...

-Harry ¿Esta muy lejos?

-Duerme, punto.

-¿Me das un audifono?

-Si...- estiré la mano como si fuera una proposición.

Que mejor solución que dormir cuando tu estomago ruge por el chico que te encanta y puede escucharlo, que vergüenza.

No sé cuanto tiempo habiamos viajado, entre abrí los ojos y habia oscurecido.

-Ni despierta, llegamos.