Casilleros vacíos.
Llego tarde.
Y no me importa.
Irrumpo en clases.
Nadie me nota.
Pero alguien clava sus ojos en mí.
Puedo sentirlos quemar mi rostro.
Analizándome y escrutando mis rasgos.
Levanto la mirada y ella la desvía.
Su rostro no me es familiar.
Emana tranquilidad, inocencia.
Que el mundo borrará con mucho gusto.