Solo dos insignificantes palabras suponían un gran problema.
Su apellido y el mío, juntos.
Propuse mi hogar.
No se porqué.
Las palabras no se controlaron.
Pero una sonrisa hizo que ame el descontrol.
Solo dos insignificantes palabras suponían un gran problema.
Su apellido y el mío, juntos.
Propuse mi hogar.
No se porqué.
Las palabras no se controlaron.
Pero una sonrisa hizo que ame el descontrol.