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El día había llegado.

Los nervios hacían acto de presencia y se negaban a retirarse hasta oír un "si".

La caja de terciopelo quemaba el bolsillo de mi traje.

Y mi corazón dejó de latir cuando vi ese rostro observándome como el primer día.

Las pulsaciones aumentaron aún mas cuando sus labios pronunciaron un monosílabo.

Sus mejillas cubiertas de agua.

Los nervios se retiraron.

Y los cuerpos se fundieron en un beso.

       

                             FIN

GolpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora