¿No puedo quedarme en el tiempo en el que te amé?
Tu esencia no se borrará.
Si tan solo pudiera vivir en las memorias de cuando te amaba... No estaría asustado de nuevo.
[historias cortas; no se relacionan entre sí]
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Bajo la tenue lluvia estaciono mi auto frente al bar en el que ambos habían entrado horas atrás. Respiro con dificultad, ¿y ahora qué? He llegado hasta aquí pero en realidad no tengo un plan, solo estoy lleno de miedo.
A la vez, estoy ansioso, la rabia se apoderaría de mi de no ser porque mis sentimientos por ti aún revolotean dentro de mi. He de admitir, que la tristeza que tengo es más fuerte, me oprime el pecho y me deja sin aliento, me acorrala y me obliga a caer una vez más a tus pies, diciéndome que ignore todo y que solo me dedique a amarte... Aunque ya no sea mutuo.
La puerta principal del lugar se abre y algunas parejas y amigos salen entre risas, al final, antes de que la puerta se cierre por completo... Están ustedes dos, tomados de la mano, riendo y tonteando, justo como una típica pareja joven.
Como amantes.
Ambos se quedan charlando bajo el techo de la puerta principal, observan la lluvia y se apegan para darse calor. Sonríes y tiendes una mano para que algunas gotas caigan en ella, ¿por qué pareces tan feliz? ¿Por qué esto te provoca tanta felicidad? Deja de hacerlo, parece que solo quieres restregarlo en mi cara.
¿Qué fue lo que sucedió? Te di todo, nunca tuvimos peleas, pasábamos el tiempo necesario juntos, siempre estuve al tanto de ti, todo era... Perfecto. ¿No es así?
Íbamos a casarnos en otoño. Aún recuerdo esa tímida sonrisa cuando me diste el 'si', dijiste que era bastante obvio pero que jamás habías dudado tu respuesta. ¿Mentías?
Marco tu teléfono y mantengo mi mirada sobre ti. Ji Sub te abraza con fuerza y besa tu cuello. Cabrón sin vergüenza. Finalmente, después de un par de risas y besos, tomas tu teléfono y miras preocupada la pantalla.
—¿Jae? ¿Sucede algo? ¿Por qué llamas tan noche? —preguntas al contestar.
—¿Te he despertado? Todo está bien, solo te extrañaba —murmuro—. ¿Qué... Qué haces? —aprieto los labios y continúo mirándote, tu mirada es de puro fastidio y ruedas los ojos.
Es tan obvio que has dejado de amarme.
—Te dije que pasaría la noche con mi madre, ¿no es así? —ríes con fingida ternura.
—Lo sé, lo sé. Solo quería escucharte.
—Ah... Y-Yo te extraño —susurras y sueltas una pequeña risa, Ji Sub besa tu cuello. Aclaras tu garganta y suspiras—. ¿Y bien...?
—Nos... Veremos mañana, ¿verdad?
—¡Yep! Acordamos ir a escoger el banquete para la boda, ¿no? ¡Nos veremos mañana, Jae, te amo mucho mucho!
—Yo...
—¿Jae? —murmuras con cierta preocupación. Miras a ambos lados, como si me buscaras. ¡Mira frente a ti! ¡Estoy enfrente de ustedes y aún así...!
