Príncipe y Caballero

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Puede que nombrarlo de semejante manera fuera un acto de desobediencia absoluta. Su título debía ser tratado con devoción, pero, en mi sencilla excusa; nadie podría escuchar las palabras de mi mente. Así mismo, en la privacidad de mi mente yo era capaz de gritar lo que quisiera sin tener miedo a ser criticado.

Entonces prosigo:

¡El estúpido de mi príncipe! Sí, bien estúpido. Me tenía enfurecido aquella mañana. Apenas el sol salía y él por mera malcriadez ordenó levantarme de la comodidad de mi cama.

Por su tanjante egoísmo, me alejó del sueño más increíble que jamás haya tenido antes, donde las riquezas me sobraban, los castillos me embragaban, las mujeres me alagaban y para rellenar la exquisitez, un dragón había llegado a mí nombrándome el hombre más guapo en todos los vivientes reinos.

Pero, ni a la celebración llegué ya que un fuerte grito en mi oído me hizo caer de la cama y despedirme de mis profundos sueños.

Pero que tonto era mi principe.

Con los rayos del amanecer sobre mi cabeza suspiré, estando un poco agotado de tanta rutinaria. Sentado en una gran roca cerca del lago, jugaba con un palillo de madera de roble formando pequeñas circunferencias en la tierra, tratando de que aquella tonta manera el tiempo se esfumara mejor. Porque ya se me hacía bochornoso el hecho de estar tanto tiempo sólo sentado a su espera. Bien, Sehun mi principe estaba plasmado con la mirada hacia el horizonte viendo la silueta del amanecer, a él le fascinaba ver amaneceres y sí, le gustaba verlos de cualquier manera, de todos los ángulos y distintas formas. Incluso, los dibujaba mucha veces él mismo.

A mí en cambio me gustaba dormir, y su obsesión con el amanecer intersectaba bastante con lo mio. Más, como el príncipe deseaba lo primero, yo, debía ante cualquier otra circunstancia priorizar sus deseos. claro como solo era un simple caballero no podía dormir horas y horas como yo quería, siendo esto una gran lástima.

-Dime, Baekhyun, ¿crees que será posible algún día plasmar estos momentos para siempre?

-¿Para siempre? -pregunté y volteé a verlo.

-Sí, como si pudiera verlo en cualquier momento cuando yo quiera -él aún seguía viendo el amanecer con sus ojos llenos de brillos por el espectáculo.

-Eso es estúpido Sehun -bufé encogiéndome de hombros- lo que más puedes hacer es pintarlo y tener el dibujo contigo.

-Pero no es lo mismo, Baek. Mi dibujo nunca será igual al verdadero -se levantó sobre sus pies.

-Claro, claro es porque le pertenece a la naturaleza. Aunque llames al mejor pintor de todos los reinos él nunca te podrá plasmar el verdadero amanecer, sólo será una copia de él, nada más.

Se quedo parado viendo los últimos minutos de aquel amanecer y volteó a verme.

-Tienes razón en eso, nadie jamás tendrá lo que le pertenece a la madre naturaleza.

Me volví a encoger de hombros.

-Siempre tengo la razón.

Sonrió y caminó hacia mí.

-Hagámoslo en aquel árbol, Baek -señalo un árbol frondoso que por su altura sabía que tenía muchos años, como todos los árboles del bosque.

-No -negué secamente-, me niego -le dije haciéndome el difícil.

Su cara dibujó una sonrisa ladina. Se agachó a mi altura, poniéndose en cuclillas mirándome fijamente al rostro, ya que yo estaba sentado.

-Pero debes obedecer a tu príncipe Byun Baekhyun -me miró con su sonrisa aún presente.

-¿Sabes algo? Sehun... -me aseguré de pronunciar aquellas palabras de una forma seductora y muy cerca de su oído, en un susurro ligero.

-¿Qué? dime -posó una de sus manos en uno de mis muslos, dándome unas leves caricias ahí.

Aún cerca de su oído dije:

-Eres... -mordí mi labio inferior-un tonto -terminé de decir y rápidamente salí corriendo lejos de él.

Él no reaccionó al instante, parpadeó unas veces y cuando me vio corriendo, gritó:

-¡Baekhyun! ¿así tratas a tu príncipe? -se levantó a perseguirme.

Sehun y yo nos conocimos hace más de 10 años, cuando nos conocimos el tenía 13 años y yo 7 años. Me llevaba 6 años de edad, desde ese día me acogió en su castillo, nos volvimos muy cercanos, haciéndonos mejores amigos, el rey Suho era el padre de Sehun y nunca me dijo nada por ser un pueblerino amigo del príncipe. Cuando cumplí mis 14 años el mismo Sehun me nombró su caballero real, me había enfocado en ser un mejor caballero sobre cualquier otro, venciendo a hombres incluso 15 años mayores que yo. Además, terminé siendo muy bueno con la espada y era muy ágil en las batallas.

No obstante, cuando nos volvimos adolescentes nuestra relación fue incrementando cada día más. Nunca nos separábamos uno del otro y un día terminamos teniendo sexo en su habitación, sabía que era un error y que no debíamos hacer eso, pero no me importó, ese día me di cuenta de lo que sentía por Sehun.

Él estaba comprometido con una princesa del reino del sur, sabía que lo que había sucedido aquella noche fue puro instinto sexual, pero no me importó ¡Mierda! Seguí haciéndolo con él cada vez que me lo pedía. Habíamos despertado un incendió de hormonas en nuestros cuerpos aquella noche, y en vez de detenerla o apagadla le seguimos echando leña al fuego todos los días. Eso si, a ocultas de rey Suho.

Los dos sabíamos muy bien lo malo que hacíamos, pero igual seguíamos haciéndolo.

Sehun sólo me usaba como algo sexual. Sólo eramos amigos para él, y yo decidí guardas mis sentimientos por él en una pequeña cajita cerrada en lo más profundo de mi corazón.

Sabía que algún día todo acabaría para los dos. Y ojalá ese día tardara en llegar.

My King [SeBaek/HunBaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora