-¡Ven acá mi pequeño caballero!
Gritó entre los árboles mientras me persiguía en medio de los matrorrales y alrededor del frondoso bosque.
Corrí lleno de risas, corrí a través de aquellos imponentes árboles, arbustos, tierra, todo lo que se encontraban en mi camino, miraba hacia atrás y veía a Sehun riendo y corriendoen su intento atraparme.
-¡Ven, mi pequeño! ¡No huyas de tu príncipe! ¡Obedeceme! -él continuó gritando.
Mis labios produjeron una carcajada al mismo tiempo que continuaba corriendo. Mis pies se alzaban en amplio bosque, ellos utilizaban todas sus fuerzas para no ser alcanzados por Sehun.
-¡Intenta atraparme mi príncipe y tendrás tu enorme recompensa! -grité alejándome más de él.
Nuestras risas eras escuchadas a kilómetros de distancia, allí el y yo siempre hacíamos nuestras travesuras desde pequeños. Y ahora que éramos mayores lo que hacíamos en una clase de juego que comenzamos hacer hace unas semanas atrás. Además de que siempre terminaban de la misma forma.
-¡Te voy atrapar mi pequeño!
-¡Eso lo veremos, Sehuncito ¡No eres tan rápido como yo!
-¡Te juró que te voy atrapar! -lo escuché más cerca.
Corrí y corrí, claro no tan rápido porque todo era un juego entre él y yo como ya había dicho antes. Solíamos hacerlo muchas veces, donde yo salía corriendo y él tenía que atraparme para yo darle su recompensa. Aquella recompensa que los dos nos gustaba tanto hacer en su habitación o en mi habitación.
De repente dejé de escuchar sus risas y me detuve en medio de unos árboles enormes podía ver las nubes a través de las hojas y ramas, volteé para ver si lograba verlo a él y no llegué a encontrarlo con la vista. Me fijé más, para ver si lograba verlo en algún lugar escondido, con mi mano quité mi flequillo de mi frente, así tal vez podría ver mejor, y nada, no veía a Sehun, volteé hacia los lados en búsqueda y tampoco nada.
¿A dónde se había ido?
Ya hace rato que había amanecido y los rayos del sol caían sobre mí. Mi cara roja de la corrida y por el sol, mi pecho iba bajando y subiendo en búsqueda de oxígeno.
De repente, sentí como alguien me tumbó al piso con su propio peso, y claro era Sehun, que se me abalanzó encima.
Los dos caímos en el suelo llenándonos de tierra, ramas y pequeñas hojas, nuestros cabello revuelto era un desastre, Sehun quedo encima mío y en vez de quejarme por el impacto contra el suelo, más bien formé una sonrisa en mi rostro igual que mi Príncipe hizo.
-¡Me atrapaste! -dije entre respiros agitados.
-Sí, te atrapé, lindo -fundió sus labios con los míos en un demandante beso.
Un beso que no dude ni en un mili segundo en corresponder. Yo correspondía cada acto entre nuestros labios, después de todo con él fue que aprendí a besar, con él lo había aprendido todo.
Dejé que él tomará el control en aquella acción. Mis dedos jalaban su cabello para más contacto. Sin embargo terminamos separándonos por falta de aire.
-Ahora debes darme lo que tu príncipe se merece -pronunció en un hilo de voz dando una leve toque en mi nariz con la suya.
-¿Así? ¿Y qué quiere mi príncipe qué le dé? -acaricié una de sus mejillas con las yemas de mis dedos, entonces aproveche para retirar un pedazo de hoja seca que estaba ahí.
Sonrió y se abalanzó esta vez contra mi pálido cuello. Devorándolo en besos cálidos. La sensación era exquisita, tenerlo en esas condiciones solo para mí, saber que en ese momento solo éramos él y yo. Amaba estar con él de esa manera. Tan íntimo, tan sexual, tan cerca.
-Estás muy impaciente mi príncipe -acaricié su nuca y acercando mi pelvis a la suya para poder sentirnos.
-¿Y de quién es la culpa Byun Baekhyun? -continuó besándome el cuello.
Gemí echando una mirada a la izquierda.
-Yo no lo sé... mi príncipe.
Él sólo rió junto a mí y me ayudó a levantarme para después recostarme de un árbol. Nuestras miradas se encontraron para después volver a besarnos por un largo rato. Su lengua penetró mi boca haciendome sentir más excitado de lo que ya estaba.Acto siguiente, me volteó dejándome a espaldas de él y susurros sucias palabras en mi oído. Por mi parte yo comencé a perderme en mis pensamientos, pensando en él. Después sentí como mi mejilla se apegaba al tronco de árbol, era un tejo, por su aroma y textura lo supe, desde joven había aprendido mucho de la herbología.
Bajó mis pantalones hasta mis tobillos, suspiré sabiendo lo que se aproximaba. Unos cálidos labios besaron mis omóplatos fueron dejando un camino de besos desde mi espalda hasta mi cuello y sus manos comenzaron a explorar mi cuerpo. Con cada tacto de sus dedos sobre mi cálida piel, sentía cada vello de mi ser erizarse. Se sentía tan bien.
-Relájate, bebé -depósito un beso sobre mi sien.
Asentí relajándome, su aliento estaba tan cerca de mis labios, me sujetó de mi mentón y volteó mi rostro para así encontrar nuestras miradas.
-Eres precioso, Baek.
No respondí a su halago, no podía responder a eso, porque lo que realmente deseaba decir en ese momento era un te amo.
No podía arruinar este momento entre nosotros que tanto amaba. No, no lo haría como ya dije antes, guardaré mis sentimientos. Guardaré tantas cosas.
Sonrió y atrapó mis labios con los suyos, fue húmedo y corto a la vez.
Mi mirada otra vez se fijó en la corteza del árbol enfrente de mí. Esta vez escuché como sus pantalones también cayeron al suelo.
Dejó muchos besos sobre mi espalda y cuello. Más tarde sus dedos fueron a mis labios para humudecerlos, lo hice inmediatamente sin decir nada pues de seguro era suficiente con los sonidos de pecho que iba a un ritmo descontrolado. Comenzó a prepararme con sus dedos. Mordí mi labio inferior intentado acallar mis gemidos. Mis mejillas ya hace rato que estaban sonrojadas a millón.
Una de sus manos fue a mi cadera, y en ese momento se introdujo en mí lentamente, esa vez no pude esconder el gemido que había escapado por sentirlo adentro. Sehun apretó uno de mis manos dándome apoyo ¡Dios! Siempre se sentía demasiado bien, era tan bien.
Al principio era doloroso y debía esperar para ajustarme a él, pero después ese dolor fue remplazado por puro placer cuando comenzó a moverse empujando contra mí.
Sus dos manos me sujetaron de mis caderas, y comenzó con un ritmo más fuerte, golpeando en ese punto me hacía delirar. Yo gemía exigiendo más, queriendo sentir más, queriendo más de él. Todo deseaba de él. Nuestro cuerpos provocaban un sonido osceno con cada embiste y cada vez sentía más cerca mis orgasmo.
Bueno, ahí estaba yo, en medio del bosque teniendo relaciones sexuales con el príncipe Oh Sehun, estaba completamente sumiso ante él, y siempre pensaba en que estaba mal, pero tampoco podía ignorar el sentimiento de placer que me provocaba estar con él.
Mi rostro formo una amplía sonrisa.
Amaba hacer esto, aunque estuviera prohibido.
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My King [SeBaek/HunBaek]
FanfictionPrometí protegerlo, cuidarlo -y amarlo-, por toda mi vida. Incluso si nunca llega a amarme como yo a él. Lo conocí cuando apenas tenía siete años y él trece. A partir de ese día, Oh Sehun se volvió todo mi mundo. Estuvo mal habernos acostado en s...