—No sé ni siquiera por qué te creí cuando me dijiste que me acompañarías al gimnasio todos los días —Bufé. Conducía por las calles camino a Fit & Slim mientras hablaba por teléfono con Kobe. Él rio al otro lado de la línea.
—Sí, yo tampoco sé por qué lo hiciste.
—¡Si no vuelvo, es por tu culpa! —Exageré, o quizás no. Janelle parecía bastante enfadada la última vez que nos vimos. Y temía que, sabiendo mucho más que yo en el ámbito del boxeo, me pateara el trasero una vez que entrara por las puertas de gimnasio.
Ahora más que nunca estoy agradecido por haber hecho todos los trámites del seguro de vida.
—No seas dramático. Dios, que aún no sé por qué fue que no entraste al mundo de la actuación. Mira, Janelle es alguien profesional. Ella no te pateará el culo en su sitio de trabajo por más ganas que tenga de hacerlo. Ahora, una vez salgas de ahí, es otro cuento...
—Debí conseguirme otro gimnasio —Repetí por enésima vez. Sé que estaba cansando a Kobe, pero él me había metido en esto y debía lidiar con las consecuencias—. Debo dejarte, porque ya llegué. Te hablaré dentro de dos horas, cuando salga, y si no lo hago...
—Ay, adiós, llorón.
La llamada se cortó y miré con indignación medio fingida y medio real, al teléfono. No me quedó de otra que tomar mi bolso y salir del coche.
Mi corazón golpeaba contra mi pecho mientras hacía mi camino por los pasillos del gimnasio, y rápidamente noté como ciertas personas, en su mayoría chicas, se me quedaban viendo. Y no de la manera bonita que me haría decir "oh, y eso que no me bañé hoy".
Ellas lucían como si me quisieran golpear.
Las ignoré, aunque en mi mente tenía muy claro quién era la culpable de esto. ¿Por qué Janelle le anda contando mis asuntos a todo el mundo? Claramente no tengo idea. Y lo peor es que no se lo podía reclamar, aún. No tenía pruebas de que lo hubiese hecho, por más que estuviera noventa y nueve por ciento seguro de ello.
Empecé a entrenar con una de las peras de boxeo, golpeando de distintos modos como Janelle me había enseñado la última vez que estuve aquí. Por más que odiase a Kobe, tenía que darle crédito por su idea, ya que boxear era un gran modo de liberar el estrés y la ira que llevamos por dentro sin herir a nadie, como lo hice con...
—Oh, pero qué sorpresa. Pensé que no volverías. Ya sabes, alguna gente sí tiene dignidad.
La voz de Janelle taladró en mis oídos, haciendo que me volteara para encararla.
—¿Perdón?
—Lo que has oído —Se cruzó de brazos. ¿En serio? Es decir, yo pensaba que sería al menos un poco más madura, sólo digo.
—Y, ¿por qué no tendría que volver aquí? Estoy pagando mi membresía y siguiendo las reglas establecidas por la compañía, así que no veo el problema.
—¡Descarado! —Sus cejas subieron tanto que pensé que se juntarían con el inicio de su rubio cabello—. Después de lo que hiciste, de pegarle a una mujer tienes el descaro de...
—A ver —Avancé un paso más allá, y ella retrocedió. ¿Tenía miedo de mí?
Me sentía molesto, pero traté de calmarme. Quería permanecer tranquilo. Cualquier estupidez podría meterme tras las rejas, las mismas tras las cuales debería estar sino fuera por decisión de Joyce.
—No me conoces. Hemos intercambiado conversaciones dos o tres veces. Esto, no te afecta. No te ha pasado a ti ni a nadie relacionado contigo. Así que te pediré de la manera más amable que dejes de atacarme por algo que no te incumbe. Que ignores si hace falta. ¿De acuerdo?
Una vez dicho esto, me di la vuelta y seguí con lo mío. Me pude haber dado unas palmaditas en la espalda con la madurez con la que manejé las cosas. La sentí detrás de mí unos momentos más hasta que se fue, pisando fuerte.
Dios mío... este será un largo mes.
—Hola —Oí una voz masculina detrás de mí al cabo de un rato. Me di la vuelta y me encontré con un hombre contemporáneo conmigo, pero mucho más en forma. Quizás era algún entrenador aquí—. Me llamo Ethan. No pude evitar ver la manera que Janelle te estaba tratando, ¿todo bien por aquí?
—Hola, Ethan. Yo soy Justin —Estreché manos con él—. Sí, todo está bien, supongo. Sólo oyó algo que pudo haberla molestado. No es la gran cosa —Me encogí de hombros. Ethan asintió.
—De acuerdo. Sólo me aseguro de que todo esté bien. Soy como, uhm, su jefe. Y no quisiera que tratara mal a los clientes. El negocio cada vez se vuelve más duro y no quiero perder ninguna oportunidad de dinero aquí. Podría costarme mi trabajo también.
—Entiendo —Le dije.
—Lo estás haciendo mal —Dijo con un toque de diversión detrás de su voz mientras veía como yo golpeaba mi pera de boxeo—. Mira, es mejor que entrenes con una persona real, y lo harás mejor.
Fuimos hasta el ring de boxeo en medio de la sala de entrenamientos y empezó a entrenarme allí. Bajo la mirada de Janelle me sentía algo incómodo, y no sería así si ella pudiera disimular un poco las dagas que enviaba en mi dirección con sus orbes verdes.
No quería sonar como si estuviera sacándolo en cara, pero creo que si Janelle se acordara de lo que hice por ella aquella noche a las afueras del bar, no estaría actuando conmigo así en este momento.
—Y eso es todo por hoy. Tu sesión ha terminado. Al menos lo hiciste mejor de lo que lo estabas haciendo con esa pera, eh —Ethan rio, y yo reí con él. Me agradaba. Me despedí de él y fui a tomar mis cosas.
Tras darme una ducha en las instalaciones del gimnasio, procedí a ir a los vestuarios para ponerme ropa limpia. Mientras me colocaba los jeans en la habitación vacía, pude oír voces en las afueras del lugar.
—¿Por qué lo trataste así, Janelle? No creas que no te he visto —Una voz masculina dijo. Sonaba como el hermano de Janelle. Aquello llamó mi atención.
—No fastidies, Dave —Bufó ella—. El tipo se lo tiene bien merecido. ¡Si supieras lo que ha hecho!
—¿Te hizo algo malo? ¿Se metió contigo?
—No —Le respondió Janelle al que ahora sabía, sí era su hermano.
—Entonces no veo el problema. Y en todo caso, si hizo algo o no, no es de tu incumbencia —Dave, quien hasta el momento me caía de la patada, dijo algo con sentido, confirmando las palabras que yo le había dicho a ella anteriormente.
—No pienso entrenarlo. No me interesa si Ethan se mete o no. Prefiero que me despidan a tratar con ese abusador de...
—Mira, ese abusador hizo más por ti de lo que tú crees. Y tú estabas muy borracha aquel jodido día para poder recordarlo, o si no, ¿cómo crees que llegaste a casa el otro día cuando ni siquiera podías permanecer sobre tus putos pies? No sé de qué estarás hablando sobre eso tan malo que hizo, pero aprecia lo que hizo por ti antes de pensar en lo que le hizo a alguien más, cosa que no te incumbe.
Pisadas fuertes se oyeron en el pasillo y supe que Dave se había ido. Poco después salí yo, ignorando a Janelle mientras pasaba por su lado. Aún estaba ahí, de pie, estática. Pasmada por lo que Dave le había dicho.
Al menos alguien le hizo recordar aquella noche.
![](https://img.wattpad.com/cover/95234479-288-k852207.jpg)
ESTÁS LEYENDO
heart-mending → historia corta
Fanfiction❝-Golpeé a mi novia. -¿Acaso quieres demostrarle que puedes golpearla aún más fuerte? Pues hasta donde yo veo, el boxeo no está arreglando tus problemas de ira.❞ Idea por: @aydolan. Portada hecha por: @THIRLWY