Juntos a través de los años.

Get it right

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Júrame que no tendré que arrepentirme de entregarte

hasta el alma.

- Leunam -

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Se quedó varios minutos siendo contenida por aquel hombre de cabellos naranjos, con ese aroma a tabaco y colonia, se aferró a sus brazos con fuerza, casi reteniéndolo de una forma que no podía describir. ¿ahora qué? ¿Qué vendría ahora? ¿Cuál era el paso que tenía que dar ahora? Se sentía abrumada, sentía que no importase lo que hiciera alguien saldría herido y no había forma de volver atrás, se separó poco a poco de él y volteo a verlo, le dio una sonrisa cálida y beso con suavidad sus labios, casi como un roce. Cerro sus ojos con fuerza, sintió como sus respiraciones chocaban y no le molestaba para nada, nada en él le molestaba, al contrario, todo le molestaba de ella en ese instante. Hace tiempo que no se sentía así de perdida, abrumada, con miedo; sus pensamientos no estaban ordenados, era mejor decir que sus pensamientos no eran nada. Se separó de él y le miro directamente a los ojos ¿no existía un camino sin dolor? ¿Por qué todo lo que estaba iba mal? ¿Por qué no era lo suficientemente bueno?

- gracias por venir – acaricio su mejilla –

- no me agradezcas aun – sonrió tomando su mano –

- debo ir por Ichika a casa de nii-sama –

- ¿te acompaño? -

- estaré bien – le sonrió –

- ¿segura? –

- si –

Se levantó y le sonrió ampliamente, tomo su bolso y la mano de él. Ambos abordaron su auto, vio como él se despedía de la mano y se alejaba en su auto. Tomo el manubrio con ambas manos y miro al horizonte ¿Qué podía hacer ahora? Reviso su bolso una vez más para cerciorarse que todo estaba en orden, prendió el motor y se puso en marcha.

What have I done?

I wish I could run,

Away from this ship going under

Just trying to help

Hurt everyone else

Now I feel the weight of the world is on my shoulders.

Condujo con cierta rapidez hacia la casa de su hermano, estaciono hábilmente y se bajo del auto, al entrar el mayordomo le saludo y ella correspondió el saludo fugazmente, busco a su hija con una necesidad desesperante, la necesitaba, necesitaba tenerla en sus brazos y llenarse de coraje y de fuerza una vez más por y con ella. Entro a la pieza de juegos que habían adaptado especialmente por Ichika y ahí estaba, con su hermana leyendo un cuento, mejor dicho, Hisana le leía a la pequeña que estaba abrazando su peluche, dio un paso con temor para no romper esa escena, pero fue inevitable, sus grandes ojos se fijaron ella y corrió con alegría, cayo de rodillas y abrazo a su pequeña con fuerza, la retuvo unos momentos a pesar que ella le preguntaba que iba mal, unas lágrimas escaparon de sus ojos sin permiso. Sintió una mano en su hombro, su hermana estaba también ahí, se separó de la pequeña y se levantó para que no viera sus lágrimas.