Juntos a través de los años.

Cuánto te adore.

Cuánto te adore

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"Y un día su nombre no me hizo

más sonreír."

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Ahí estaba, mirando por la ventanilla en un avión rumbo a un país de Latinoamérica llamado Chile, a su lado estaba Rukia leyendo una especie de revista de negocios con un semblante tranquilo, miro mas allá y estaba Renji al lado de Ishida y más allá estaba Byakuya y Hisana sentados conversando amenamente.

El viaje era largo, llevaban más de 10 horas en el avión, veía como la mayoría dormía, sentía la leve respiración de la mujer a su lado, podía ver como su pecho subía y bajaba con lentitud; no podía ver nada hacia afuera, estaban cruzando el océano ya, todo estaba oscuro y no había ninguna señal de luz en ninguna parte. Sintió un latido fuerte en pecho, pronto vería a su hijo, su pequeño revoltoso. Se formo una sonrisa en sus labios, su hijo estaba bien, por fin sabia el paradero del pequeño y de aquella mujer que lo había alejado de su lado, pero ¿Qué había pasado? ¿en qué momento habían llegado a ese punto? ¿era realmente Orihime? Miles de preguntan se volcaron a su mente como fuegos artificiales que antes que desaparezcan aparecen otros con más y más preguntas.

- ¿pasa algo? – escucho una voz adormilada

- nada, vuelve a dormir – respondió acariciando esa mejilla sonrojada –

- deberías intentar dormir un poco – aconsejo ella acurrucándose más a su lado –

- lo sé, es tan solo... -

- ¿tan solo? – se apartó para verle –

- estoy entre emocionado, preocupado, ansioso – miro sus manos – no sé qué sentir en este instante, siento temor y rabia al mismo tiempo y una alegría que inunda mi ser por completo-

Ella le quedo viendo por unos segundos, miraba ese cabello alborotado, su camisa de color morado oscura con los primeros dos botones sin abotonar, su mirada con un brillo diferente, un leve temblor en su cuerpo y sobre todo en sus manos, suspiro y sonrió. Estiro sus brazos con suavidad y condujo con lentitud a aquel hombro a su pecho, conteniéndolo con firmeza y ternura, cerro sus ojos y acaricio sus cabellos, sintió el respirar de él y el cómo se acomodaba en ese lugar que ella le estaba brindando.

- todo saldrá bien – susurro –ahora sabemos dónde está el pequeño, solo debemos esforzarnos un poco más, es por lo que te pido que calmes tus ansias, que vuelvas a tu tranquilidad –

Podía oír el palpitar de ese corazón, el corazón de esa chica estaba latiendo con rapidez por él, la abrazo con fuerza y poco a poco el sueño estaba llegando a él, a medida que aquellas caricias en sus cabellos seguían parecían un camino hacia el mundo de Morfeo, sin darse cuenta despertó viendo una gran cordillera de color blanca y extensa, se alejó de la mujer con delicadeza y lentitud para poder ver desde la ventanilla aquel paisaje.

La azafata explico que pronto aterrizarían en la ciudad, y así fue como llegaron a aquel país ubicado en sur américa, tan delgado y largo como decían, Ishida hizo unas llamadas supervisado por Renji.