—Oh, vamos Matt —gruñí mirando mi muñeca simulando ver la hora en un reloj imaginario—. Llevas ya quince minutos ¡te tardas más que mi hermana!
Y la verdad es que eso era muy cierto. Mi hermana podía tardarse demasiado arreglándose, tanto así que una vez decidió arreglarse en el baño, tardándose tanto que tuve que ir al patio de la casa de mi madre a hacer pis. Pero era tanto mi mala suerte que la vecina de mi madre logró verme por la ventana. Al otro día cada que la veía me miraba con una sonrisa pícara.
Podría haberme gustado, si aquella señora no tuviera más de cincuenta años.
— ¡Espera un minuto! Necesito verme muy bien para las chicas —gritó desde su recamara mientras yo desabotonaba las mangas de mi camisa negra para arremangarlas hasta los codos.
La canción la camisa negra llegó a mi mente para luego comenzarla a cantar aun sabiendo que mi español no era para nada bueno, pero al menos podía cantarla gracias a mi clase de lenguas en la universidad.
—Listo —dijo saliendo de su recamara para tomar las llaves de su auto que estaban sobre la mesa.
—Al fin —dije mirando hacia arriba levantando mis manos—. Ya comenzaba a hacerme viejo aquí.
—Que exagerado eres —ambos salimos de su casa, adelantándome él quito el seguro de su auto para subir en él.
—No soy exagerado.
—Sí, si lo eres —contradijo poniéndose su cinturón de seguridad al igual que yo.
—Pero eso no es un impedimento para que las chicas me sigan a todos lados —sonreí coqueto a lo cual negó exasperado. Sin más encendió el auto para sacarlo de su porche y comenzar a manejar camino a la fiesta a la que íbamos.
Encendí la radio conectando mi móvil. Escogiendo una canción me decidí por Wanna Be, rápidamente llamando la atención de Matt.
—Oh no, no por favor no, y miles de no —gruñó mirando hacia el frente—. Enserio Dylan, está bien que te guste esa canción pero no tienes que ponerla siempre.
Puse los ojos en blanco por su comentario, para luego subirle al volumen—. Oye, yo no te digo nada cuando te pones a escuchar Let It Go y la cantas hasta en el baño —me defendí.
—Eso fue solo una vez, tenía que cantarla junto con mi hermanita o sino no dormiría por toda la noche —contestó—. Además no cantaba esa canción en el baño, fue tu imaginación.
—Si claro, y yo no soy extremadamente sexy —dije sarcástico, pero luego riendo al momento en que recordaba cuando lo había descubierto cantándola con un cepillo en su mano mientras se veía al espejo.
(...)
Gritaba y bailaba—o al menos eso parecía —con la música sonando por todo el lugar, dando por hecho que quedaría sordo. Sostuve del brazo a la chica de cabellera rubia que bailaba a mi lado, tratando de no reírme al ver como hacia aquella cara de pato que las chicas hoy en día hacían al momento de bailar.
Era guapa sí, pero aquel gesto no.
—Mmm... y si vamos a otro lugar —dijo con la voz ronca, suponiendo que el causante era las cinco cervezas que se había bebido ya.
Habia quedado sorprendido al momento de verla beberse todas aquellas botellas en un tiempo record.
Bebí de mi cerveza. Apenas y era la segunda botella que llevaba a pesar de que ya llevábamos más de tres horas aquí, seguro de que sería la última que bebería.
No me gustaba tomar tanto hasta no poder recordar nada y amanecer casado. Además de eso, sabía que Matt no podría controlarse y terminaría estando borracho mientras que yo era el que nos llevaría de regreso.
Sentí los labios pegajosos de aquella chica en mi cuello y como su mano bajaba por mi pecho—. Anda.
La miré sonriendo de lado—. Claro, pero a dond...
—¡Hey! —gritó Matt a mis espaldas. Girándome lo miré; su camisa estaba arrugada, caminaba con una botella en su mano, con pasos torpes al caminar.
Me alerté y lo sostuve al momento en que había tropezado, pero logrando sostenerlo a tiempo de que cayera—. Has bebido demasiado Matt, a ver ¿Cuántos dedos ves? —puse mi mano en frente de él con tres dedos levantados.
Matt frunció el ceño entrecerrando los ojos. Sonrió luego de varios segundos para mirarme—. Son 24, como el total de lunares que tienes en tu cara, guapo.
—Bien, si has bebido demasiado —le quité la botella dándosela al chico que estaba cerca de nosotros—. Aunque no quiera, tenemos que irnos, me perderé de una noche con la chica rubia.
—¿Cual chica rubia? —preguntó frunciendo el ceño.
—Pues ell... —mire a mi lado dándome cuenta de que no estaba. Mis ojos cayeron al piso donde aquella chica rubia permanecía acostada.
Dándome cuenta al momento de que tal vez, solo tal vez, la había dejado caer al momento de sostener a Matt.
Me acerqué un poco mirándola; baba salía por su boca, y si me acercaba más se podía escuchar los ronquidos.
Matt comenzó a reírse sin control dándome un poco de miedo.
Ahora estaba seguro de que si estaba demasiado pasado.
Lo senté en un banco de la barra para luego, sosteniendo a la chica la senté igual en uno, recargándola en la barra. Tomé a Matt pasando su brazo por mi cuello para comenzar a caminar hacia la salida. El aire fresco se hizo presente relajando mi cuerpo.
Suspiré sosteniéndolo bien mientras caminaba hacia donde habíamos dejado el auto.
Sin duda alguna, cuando Matt decía que se la pasaría muy bien en la fiesta, lo decía para hacerlo en verdad.
—Pero que... —fruncí el ceño viendo como una grúa sostenía el auto—. ¡Hey! ¡Qué haces! —grité llamando la atención del señor.
—Lo siento chico, pero estabas en un lugar donde no.
—No es cierto, es libre aquí —contesté con el ceño fruncido.
—Libre soy, libre soy, no puedo ocultarlo más, libre soy, libre soy —ambos miramos a Matt quien cantaba, arrastrando las palabras por lo bebido que estaba.
—Esa señal no lo dice —mire a donde apuntaba; una señal con un "no estacionarse" permeancia al lado de donde habíamos dejado el auto—. Toma, mañana abro a las ocho de la mañana para que vayan por él.
Lanzó un papelito para luego sin más, seguir su camino.
Gruñí tomando aquel papel del piso guardándolo en el bolsillo de mi pantalón. ¿Es que acaso la noche no podría ir peor?
Como si alguien me hubiera escuchado, los ronquidos de Matt se escucharon, haciendo que su cuerpo pesara aún más de lo normal.
—Me las vas a pagar y muy caro Matt —sin más, sosteniéndolo mejor, comencé a caminar calles abajo, rogando porque un taxi o ya como último recurso, un caballo pasara para poder llegar a casa.
N/a: Y que tal ¿Qué les pareció? En verdad espero les haya gustado el primer capítulo. Sé que es demasiado corto, pero conforme vaya avanzando los capítulos serán más largos, lo prometo. Gracias por quienes están leyendo de esta y en verdad espero sus comentarios, de todo corazón espero les guste, tengan un lindo día, xx. Bebsy
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Papá por Accidente » Dylan O'Brien
HumorÉl creía ya saberlo todo. Él no estaba preparado para ello. Él nunca pensó que ser papá fuera tan difícil.