6

129 15 3
                                    

Si no dejaba de fruncir el ceño, sin duda alguna comenzaría a tener arrugas antes de lo planeado, y eso que no era tan viejo aun.

Ed balbuceo en mis brazos llamando mi atención, notando como a él también se le formaban unas arrugas por las muecas que hacía mientras miraba como su madre hablaba con aquel tipo de nombre Theo.

Habían pasado ya varios minutos de que habían llegado y no habían dejado de platicar. Matt y yo esperábamos sentados en la manta en el césped con Ed en mis piernas, quien no había querido irse a los brazos de su madre cuando esta lo llamó para cargarlo.

El atardecer comenzaba a verse, el sol daba a nuestra dirección, y a pesar de que no estaba tan fuerte, comenzaba a sentir como mi cabeza comenzaba a doler y mi espalda y pecho comenzaban a mojarse por el sudor.

— Que te he dicho de fruncir mucho el ceño — oí a Matt decir en mi dirección.— tu y Ed se parecen mucho, tanto facciones como en las formas de expresarse, ¿estas seguro de que no es tu hijo?

Lo miré entrecerrando los ojos.— te oyes como mi madre — respondí, acomodándome de tal forma que a Ed no le diera el sol.

Bufó negando.— Como sea — suspiro mirando a mis espaldas donde se encontraban Leah y Theo quienes aun no paraban de hablar.

Si fueran unos animales sin duda alguna serían unos cotorros.

— No han parado de hablar para nada.

Gruñi asintiendo mientras le entregaba un juguetito a Ed, quien ya habia dejado de fruncir el ceño para concentrarse en babear todo el juguete que le acababa de dar.

Oi a Matt reir.— Parece que no te agradó Theo, ¿porqué será?

Lo miré con cero gracia.— No es por lo que tu piensas, solo no me fio de alguien que ni siquiera saludó a Ed cuando llegó.

Ed balbuceo y volteó a verme al momento en que oyó su nombre, para después regresar su atención a aquel juguete.

Matt se encogió de hombros.— Si es una buena excusa, pero no te creo.— dijo para luego mirar a mis espaldas y sonreír cuando Leah y ese tal Theo caminaban a nuestra dirección.

— Chicos, Theo me a invitado a comer, así que quería saber si gustan acompañarnos — dijo Leah con una sonrisa amable, mientras que Theo a su lado mordía su labio como si quisiese decir algo.

— No te preocupes Leah, me imagino que no nos tenían contemplados así que no es necesario — respondió Matt.— nosotros podemos irnos a casa y nos podemos llevar a Ed sin problema a casa de Dylan.

— No se preocupen, en verdad pueden venir con nosotros ¿si? — volvió a decir mirándonos a ambos, con un brillo en los ojos que llamó mi atención.

Matt volvió a decir que no pasaba nada, que como ya había dicho, no quería molestar.

Miré a Matt con el ceño fruncido, ahora con una verdadera razón.

¡Hoy era maratón de Friends! No podría verla a gusto con un Ed a lado mio, conociendo como son los bebés, y más éste bebé.

— No creo que pue... — comencé a decir al mismo momento en que Theo comenzaba a hablar.

— Leah, no te preocupes, podemos llevarnos a este pequeñín tan tierno — dijo sonriendo, una sonrisa que a kilómetros podía ver que no era más que una sonrisa forzada.

Era obvio que no quería que Ed fuera con ellos, pero sabiendo como éramos nosotros los hombres, sabía que lo hacía para quedar bien, algo que estaba consiguiendo ya que Leah lo volteó a ver con una sonrisa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 22, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Papá por Accidente » Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora