El sol da luz y amor a la rosa,
Quien anhela alcanzarlo y tocarlo.
Pero sus raíces están en la tierra, profundas y oscuras
Un día ella le pide ayuda al jardinero,
Y él lo hace
Juntos arrancan sus raíces
Cada día acercándose más al sol.
La rosa saborea el amor de cerca,
El jardinero saborea el remordimiento
Sabiendo que la rosa nunca volverá a descansar en su jardín.
Bajo mi lápiz y miro el poema. ¿Quién es quién en esto? Theo es el sol, yo soy la rosa, y el único que puede ser el jardinero es... ¿Ranik?
Niego. No. Él no tiene ningún remordimiento. De hecho, diría que es incapaz de ello, el duro cabrón.
—¿Qué estás escribieeeendo? —canta Charlotte, leyendo por encima de mi hombro. Cierro rápidamente el cuaderno púrpura y lo bloqueo.
—¡Nada! Sólo una redacción para inglés. ¿No tienes que vestirte para una cita?
Charlotte mueve su mano con desdén.
—Oh, por favor. No puedes provocar anticipación en un chico si no llegas por lo menos diez minutos tarde.
Frunzo el ceño.
—¿Por qué querrías provocar anticipación?
—Para que te desee más, duh. —Hace un guiño—. Negarle un poco, y eso solo va a hacer que la rendición sea más dulce.
Frunzo el ceño.
—Suena muy infantil.
—Bueno, lo será para ti, cariño. —Charlotte suspira—. Simplemente no entiendes a los chicos.
Me río.
—Tienes razón. No lo hago. Pero estoy aprendiendo. Poco a poco.
—¿Ah, sí? —Sus ojos se iluminan—. ¿Puedes decir cómo? ¿Hay cierto chico en tu vida, ahora? ¿Alguien cuyo nombre comienza con T-H-E-O y termina en Hermoso?
—Muy divertido —espeto—. Él es tan consciente de mis sentimientos como lo somos de la vida extraterrestre fuera de nuestro sistema solar.
—¡Tienes que esforzarte! —Charlotte resopla, comprobando su pintalabios en el espejo una última vez—. Él y Grace se han puesto muy acogedores. —Se da la vuelta, con un brillo malicioso en los ojos—. ¿Quieres que la sabotee? En la secundaria me hice realmente buena en conseguir que las chicas engordaran dándoles mis rosquillas recién horneadas por las mañanas, y...
—¿Horneas?
—Es una especie de negocio familiar.
—El sentimiento detrás de tu amenaza es conmovedor. —Suspiro—. Pero no. Déjalos en paz. Voy a hacer las cosas a mi manera.
—Está biiien —canta Charlotte—. Pero tu manera siempre ha sido un poco lenta.
—Bueno, lamento no ser como tú, no me muevo tan rápido —espeto. Charlotte parece herida, y al instante me arrepiento—. Lo siento. Lo siento tanto. Es solo...
Charlotte sonríe con paciencia y me abraza.
—Oye. No te preocupes. Sé que es difícil para ti. Solo tienes que dar lo mejor de ti. Me encantaría verte en una relación, eso es todo. Sé que Theo te haría muy, muy feliz.
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La Educación de Alice Wells
Teen FictionEn la Universidad Mountford, Ranik Mason es el rey de los chicos malos. Tiene a cada animadora muriéndose por estar en su cama, y tiene bajo su control el circuito de alcohol de menores de edad. Es un lobo solitario que toma lo que quiere, pero nunc...