Trent enciende la televisión, pero no hace nada para cortar la tensión en la sepulcralmente silenciosa sala. La sala nunca está tan silenciosa. No así. Siempre hay una sencilla charla, un videojuego o una risa de cualquiera de nosotros. Miranda da golpecitos con su pie. Trent mira la televisión con una expresión determinada.
—¿Quién es ella en realidad? —pregunta Miranda finalmente, mirándome con ojos afilados.
—Te lo he dicho, es mi tutora...
—Mentira —dice Trent firmemente—. Los hemos escuchado hablar. Y por cómo sonaba, tú le has estado ensenando cosas a ella, no al revés.
—He estado... hemos estado... trabajando en un proyecto juntos. Para la universidad.
—¿Qué clase? —dice Trent.
—Has montado una escena —interrumpe Miranda antes de que pueda corroborar mi mentira—. La has visto bailando con Ned, te has puesto horriblemente celoso y la has arrastrado afuera. Es tu último ligue ¿no? Lo sabía. Debe ser jodidamente buena en la cama para que tú estés celoso.
—No. —Aprieto los puños—. No hables de mierda que no entiendes.
—Entonces ayúdanos a entenderlo, Ranik —murmura Trent—. ¿Quién es ella?
Maldigo y me recuesto en el sofá, luego me inclino hacia adelante otra vez y me alboroto el cabello. Me duele la cabeza. Estoy jodidamente preocupado por las heridas de Alice, pero no puedo ir ahí y vigilarla. Reconozco la mirada en sus ojos —siempre desconfiando de mí como la mayoría de la gente hace, pero me ha dolido más viniendo de ella.
¿Y ahora? Ahora nunca confiará en mí. Sin embargo, jodidamente lo merezco, por ser un extraño desgraciado y masturbarme pensando en ella, por hacerle fotos, por ponerme duro cuando estaba intentando mostrarme lo que había aprendido, lo que le dije que tenía que aprender.
Este es mi karma. Me he vuelto loco por la forma en que contoneaba sus caderas contra Ned sin ninguna razón, y le he perseguido y provocado que se haga daño. Ahora —sin ninguna duda— definitivamente me odia.
Definitivamente no soy el tipo de chico que alguna le vaya a gustar.
—¿No se lo dirán a nadie? —Señalo a Trent y Miranda. Asienten—. Porque confío en ustedes.
—No lo haremos, Ranik. Lo juro —dice Trent.
—Te lo juro. —Miranda asiente con furia. Exhalo un suspiro.
—Alice está enamorada de Theo Morrison. Me pidió que le enseñara como atraparlo. Y a cambio, hace todos mis deberes.
—¿El tipo de la radio? —Miranda arruga la nariz—. ¿El que parece un muñeco Ken?
Mi risa es oscura.
—Ese mismo.
—Así que has estado enseñándole... ¿qué exactamente? —pregunta Trent.
Me encojo de hombros.
—Es una completa novata en las citas. En su mayoría cosas inocentes, tomarse de las manos, qué ropa interior usar. Cosas que toda chica debe saber pero de alguna forma no lo sabe. Es como si nadie nunca le hubiera enseñado.
—Más como que no ha tenido tiempo —murmura Miranda—. Siempre la veo en la biblioteca. Es como si viviera ahí o algo así. Probablemente también era así en la secundaria.
—¿Y esta noche? —pregunta Trent.
—Esta noche —suspiro—. Le estaba enseñando a bailar. O, Bárbara lo hacía.
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La Educación de Alice Wells
Teen FictionEn la Universidad Mountford, Ranik Mason es el rey de los chicos malos. Tiene a cada animadora muriéndose por estar en su cama, y tiene bajo su control el circuito de alcohol de menores de edad. Es un lobo solitario que toma lo que quiere, pero nunc...