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El trabajo me tenía agotada. Solo saber que en 10 minutos terminaba me ponía de buen humor.
“Mm... ¿qué tan segura estás de eso?”
—Que te den.
Murmure, mi mente no dejaba de irritarme.
“Ya nena, ya. Ojalá algún día ese gran padrastro que tenes te de un buen polvo.”
—¡Pero ya basta!
Me grité a mi misma. No estoy bien. Obviamente.
{...}
Baje del taxi, y metí las manos en los bolsillos de la chaqueta. La tormenta que estaba viniendo solo causaba viento.
Entré al pasillo del hotel y saludé a la chica de administración. Vi que el ascensor estaba por cerrarse y corrí rápidamente hacía el. Me deslice entre las barras de acero y suspire al saber que había entrado.
Mire a mi alrededor y observe a la mujer de media estatura que se encontraba a mi lado, le sonreí de forma amable y ella hizo lo mismo.
—Discúlpeme —mencione suavemente y ella dirigió su mirada a mi— ¿en que piso vive?
—En el 8vo piso —sonrió— ¿por qué?
—Para no volver a marcar un número de nuevo —hice una mueca y sonreí sin mostrar mis dientes.
—Oh, esta bien —contestó— ¿y el tuyo?
—¿El qué? —dije desorientada— ¿mi piso? —asintió— el 13ro.
Luego de esa breve charla ella bajo, una vez que lo hizo marqué el número '13'.
A los 5 minutos ya estaba abriendo la puerta del departamento en donde vivía, que para solo 2 personas era bastante espacioso.
Se preguntarán porque 2 personas... Bueno, es que en realidad vivo con mi padrastro.
“Error. Dirás con tu candente y sexy rubio padrastro.”
Puse los ojos en blanco. Mi mente llega a comportarse como una gran desgraciada.
Ignorando eso, el me invitó a vivir en su departamento en aquel entonces, cuando había fallecido mi mamá. Caí en depresión y se preocupó por mi. No pude negarme a su oferta. Recordarla y que hoy no este conmigo dándome ánimos para seguir adelante, me angustia.
Unas lágrimas traicioneras se escaparon de mis ojos, las sequé rápidamente y me senté sobre uno de los sillones del living. Un ruido inoportuno hizo que volviera a la realidad y recordé que no estaba sola.
—Hola cielo —me di vuelta y ahí estaba él— ¿cómo te ha ido?
—Bien —pronuncie con la poca fuerza que tenía, Justin se encontraba solo con una toalla rodeando toda su cintura— ¿terminaste de bañarte?
—Si —sonrió cálidamente, su sonrisa era realmente matadora, para haber cumplido 31 años estaba en forma.
“Uf, y de que forma estamos eh...”
Ignore los comentarios obscenos de mi mente y lo miré.—¿Pasó algo?
—Ese bien no me convence... ¿estuviste llorando? —se acerca y toma asiento a mi lado.
—No —reí tratando de disimular— solo tengo sueño...
—Seré algo tonto, pero a mi no me engañas Lexy.
—Ese apodo lo usaba mamá —murmure con la voz entrecortada.
—¿Lloraste por ella? —su voz sonaba apagada.
—Si —asentí débilmente y las lágrimas volvieron a aparecer— no puedo evitarlo —apoye mi cabeza entre mis manos y cerre los párpados, sintiendo mis mejillas mojarse.
—Oh cariño —susurró nortálgico y me rodeo la cintura con su brazo derecho, automáticamente levante la mirada y sus ojos encontraron los míos— todo va a estar bien...
Su voz, su profunda voz me erizo la piel... “Como siempre.” Me calle interiormente. Torpemente baje la mirada hacia abajo, ¿otra vez me estaba sucediendo?
—Deberías darte una ducha para olvidarte de todo por un rato —lo miro y esta vez me sonríe.
—Es verdad —murmuro— solo necesito olvidar.
—Ahora preparo la comida, mientras te bañas, ¿esta bien? —retira su brazo de mi espalda y seca una gota que estaba en su pecho.
El calor no tardo en aparecer, sentí un fuego que me quemaba en el interior. Me maldije mentalmente y asentí con la cabeza.
—Si, esta bien —sonreí para disimular— gracias por todo...
—Es lo de menos cielo, venga —se paro, y abrió sus mus musculosos brazos— ¿un abrazo?
“Oh. Dios. Santo. No sostiene su toalla. TIRA DE ESA MALDITA TOALLA.”
—Ya quisieras —me pare y reí ante ese comentario.
—¿Qué? —Justin me miro raro.
—Eh, no, nada —dije nerviosamente— ¿aún hay abrazo?
Sonrió como respuesta y me acerque a el para abrazarlo. Nuestras alturas no eran muy diferentes, yo 1,70 c.m. y él casi 1,80 c.m. así que al abrazarlo mi oído quedó en su corazón. Este latía rápidamente, cerré mis ojos y aspire su hermoso perfume a recién bañado. Bajo mi mejilla estaba su suave y caliente piel, eso me estaba matando.
—¿Estás mejor? —hablo suavemente y mis hormonas se descontrolaron al oír esa melodía.
—Mucho —murmuro.
Levanto la mirada y me relamo los labios al encontrarme con sus ojos.
—Me alegro —volvió a sonreír.
No me pregunten que acabo de hacer, ni como fue, ni como tuve el coraje para hacerlo, solo sé que sus labios estaban tentándome...
“No puede ser... ESTÁS BESANDO A TU JODIDO-SEXY PADRASTRO ALEXIA.”
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Daddy's here.
Short StoryElla creyó poder evitar los sentimientos hacía su padrastro. Pero sus instintos le jugaron en contra. "Disfrutemos uno del otro." Le pidió él. Aún la muerte de su madre seguía en la memoria. El deseo y la nostalgia no hacían buena combinación. Era h...