Noche, ¿mágica?

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-Si crees que esto es demasiado, te vas a desmayar con la otra sorpresa que Bob te tiene. No sé cómo me convenció para que le diera permiso de comprarte eso.-Dijo mi mamá.

-¿De qué otra sorpresa hablan?-Pregunté aun procesando el maravilloso regalo que acababa de recibir.

-Asómate a la entrada, para este momento, tu otro regalo ya debe de estar ahí.-Dijo Bob lleno de emoción.

Al instante Lau y yo corrimos como locas hacia la puerta, y cuando la abrimos; ahí estaba...

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Frente a mis ojos se encontraba una camioneta negra BMW último modelo; no podía creer todo lo que estaba pasando.

-¡No puede ser verdad!, gracias, gracias, gracias.-Dije mientras me arrojaba a los brazos de Bob para darle un gran abrazo.

-Me alegra que te haya gustado pequeña.-Respondió dándome un beso en la frente.

-Ni si quiera sabes manejar pero ya tienes auto. A eso le llamo tener suerte.-Dijo Laura más que feliz admirando la lujosa camioneta.

-Acepté que Bob te diera este regalo con la condición de que solo podrás conducirla hasta que pases el examen de manejo.-Me advirtió mamá.

-Ya estuvo que Adele jamás podrá estrenar la camioneta.-Se burló Ben.

-Hahaha muy gracioso Ben, solo por eso no dejare que te subas.-Respondí para molestarlo.

-Como sé que aún no sabes conducir, contraté a un chofer que estará a tu disposición cada vez que lo necesites, en un rato te paso su número de celular, su nombre es Jimmy.-Dijo Bob.

-Hasta yo le daré un abrazo al mejor padrastro del mundo.-Comentó alegremente Laura mientras abrazaba a Bob haciéndolo sonrojar, todos reímos y volvimos a la casa para continuar con la celebración.


Mi mamá había ordenado muchos platillos distintos; pizzas, hamburguesas, pastas, ensaladas y muchos postres. Estaba en la gloria.

En cuanto Laura anunció que era hora del karaoke, no me permitieron dejar el micrófono ni un segundo, la fiesta se convirtió en un concierto privado de Adele.

Spice Girls, Beyoncé, Aretha Franklin, George Michael y mucho más fueron los artistas que elegí para interpretar sus canciones. Laura tomaba vasos con alcohol y discretamente me los acercaba sin que mi madre se diese cuenta, después de unos cuatro cocteles mortales marca Dockrill, me sentía Beyoncé, e incluso me animé a bailar un poco; todos podían ver que tenía mi alma puesta en ello.

Y así las horas fueron pasando, llenas de risas y diversión. En punto de las 8:00 pm Alex regresó y se unió a la celebración.

La fiesta fue maravillosa, todos los invitados estaban encantados y continuaban celebrando animadamente. En un momento mi novio se acercó, alejándome de la reunión.

-¿Qué dices si ahora tu y yo nos vamos a festejar por ahí?-Preguntó coqueto acompañado de su irresistible sonrisa. Y no estoy muy segura si fue la gran cantidad de alcohol que había bebido durante la noche, o la luz de la luna reflejada en sus ojos; pero había algo en Alex, en su mirada, que me hizo saber que todo estaba a punto de cambiar. Probablemente lo tuve que haber tomado como una señal; pero estaba tan enamorada y ebria, que no fui capaz de distinguir entre amor y deseo.

-Está bien.-Respondí atontada por el alcohol.

-¡Eso es lo que quería escuchar!, ahora ve e invéntale una excusa a tu madre para venir conmigo. Te espero afuera.-Dijo Alex dándome un beso en el cuello antes de salir de la casa.

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