Mi Primer Amor

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Sentía ese ardor en el estómago cada vez que sabía que iba a verlo, ese que se siente cuando no has comido nada en mucho tiempo (algo que algunas personas no sintieron nunca, y que otras tristemente no dejan de sentir) sabía que no era hambre eso que sentía. Si trataba de comer, no lo lograría, ese sentimiento no dejaría pasar comida, o mejor dicho la comida quizá llegase a mis ojos pero no a mi boca, sería un intento en vano.
Sabía que lo que sentía... era por el, pero no sabía exactamente qué era lo que sentía, tal vez eran las famosas "mariposas en la panza", esas que sientes cuando estas enamorado. Me imagino que eran bastantes y que estaban tratando inútilmente de salir por mi garganta, si así era, quizá se amontonaban todas formando una especie de nudo en ella, no era angustia, de eso yo si sabía. Luego lo vi, lo vi y supe que era amor, pero como las personas adultas siempre me decían, "el amor no existe", "sólo es una forma de torturar y matar lentamente por dentro a una persona". Sabía que amor no podía ser, como los grandes también decían "una niña de quince años, no sabe lo que es el amor, no sabe aún nada de la vida", pero cuando lo veía me sentía tan tonta, tan inútil, sabía que nada, ni nadie más podía hacerme sentir así.
Había escuchado muchas historias de desamor, tantas que creí que realmente el amor sólo existía unos años y después se esfumaba, a veces hasta convertirse en odio...
Pasaron dos años y entendí que estaba completamente enamorada de él, de mi mejor amigo, el que siempre estuvo conmigo, seguía sintiéndome tan torpe al lado suyo que me preguntaba ¿cómo era posible que me siga queriendo? Podría ser que esta sea una historia diferente a la de mamá y la de otros adultos. Quizá podría no terminar en dolor y sufrimiento, sentí que debía decirle que estaba enamorada, pero el había sido mi amigo tantos años, que si me rechazaba podríamos acabar con la amistad, tal vez el no sentía lo mismo, o si, no lo sabía.
Deje pasar el tiempo ocultando ese secreto, un día le pregunté si alguna vez había sentido el amor y sin duda alguna negó con la cabeza. Sabía que una vez se había ilusionado y le habían roto el corazón, eso era algo que nadie sabia, sólo yo.

***

No le confesé lo que sentía por miedo a conocer el desamor y que rompiera mi corazón, pero... ¿acaso eso ya no desgarraba mi corazón cada vez que lo veía? ¿Acaso eso ya no era desamor?
No lo soporte un día se lo dije a los gritos, nos despedíamos, el se iba y ya no pude esperar más, se lo dije, y el sólo me miraba, no sabía que decir, estaba quieto y muy serio. Empecé a pensar que lo había arruinado todo, iba a dar media vuelta para irme y ocultar mis lágrimas pero me sujetó del brazo y me besó, sentí sus labios rozar los míos, sus manos agarrando mis mejillas y mi corazón latir mil veces por segundo, sentía que todo era un sueño.
Ya había tenido varios sueños donde le declaraba mi amor, en todos el me rechazaba. Esos no eran sueños, esos eran pesadillas, pesadillas basadas en todo lo que había escuchado de los adultos en ese pueblo tan chico, tan nostálgico y tan lleno de personas infelices, desgraciadas, que sólo se dedicaban a romper los sueños e ilusiones de los demás, como si eso les diera felicidad...

***
Después de un lapso de tiempo de 7 años comprendí que a pesar de que lo amaba, y a pesar de que me amaba, quizá nosotros también caeriamos en el desamor y/o en el odio, como la mayoría de las personas del pueblo.
Nada era seguro en la vida, pero si hiciéramos las cosas que son seguras ¿que gracia tendría vivir? Tal vez en casos como este, la vida y Dios nos permitía desafiar a los adultos mayores y creer que lo que para ellos es malo para nosotros era bueno, hermoso y mágico.
Sé que lo que siento además de amor es esa intensa amistad que siempre tuve con el, que aunque nunca pudiera escuchar de su boca un "te amo" o alguna otra palabra, no me hicieron ni me haran falta, porque las palabras las dice cualquiera, sólo hace falta mover la lengua y los labios; pero los sentimientos, sólo los demuestra quien los siente y el lo siente, yo puedo verlo en sus ojos cada vez que nuestras miradas se cruzan. Me lo demuestra también con cada abrazo, beso, y sonrisa que me regala, cuando a través de señas me cuenta historias increíbles y también insignificantes que no todo el mundo entiende, pero yo sí, yo lo conozco, lo entiendo y he aprendido a vivir con su incapacidad de hablar desde que éramos pequeños.
Nos fuimos juntos, nos escapamos de ese pueblo que sólo quería separarnos para demostrar que el amor no existía, de esa gente que le había ido tan mal y pretendía que nos fuera igual, quizá por eso esas personas estaban tan solas.
Aún no se que nos tendrá preparado el destino, la suerte, Dios o en lo que crean para el futuro, nuestro futuro, pero se que sea lo que sea, pase lo que pase voy a seguir amandolo siempre, el resto de mi vida.


Dedicado A Un AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora