Capítulo cuatro

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Percibir la lengua de Elle pasar por mi longitud después de tantos meses... Dios, es que me sabe a gloria. Es como si la sensibilidad de mi cuerpo se uniera con el dominio que tiene sobre mi cabeza y ambas cosas, bailasen al son de un ritmo que él ha establecido. Por algún motivo, tiene una técnica tan adiestrada con su lengua que es capaz de desarmar a cualquiera. Su boca está caliente, húmeda y me hace temblar.

—¿Te gusta? —preguntó arrastrando sus labios a la punta de mi pene, ejerciendo una presión suave sobre ellos y provocándome un vibrante gemido que le hizo sonreír.

—S-sí, Elle... —runruneé echando la cabeza hacia atrás, mordiéndome lo labios—, lo haces fantástico...

Estábamos haciendo algo malicioso y aun así se le notaba enternecido y embelesado con la situación. Posó nuevamente los labios en la cabeza de mi miembro endurecido y, con sus manos, comenzó a acariciarme la longitud con una rapidez que me estaba nublado toda cordura. Sentía que estaba olvidando algo importante, pero la sensación de embriaguez que me transmitía Elle con sus toques estaba haciéndose imposible de recordar.

—Te ves tan lindo excitado, Light... Te comería todo el día.

—Hazlo, hazlo por favor y no dejes de hacerlo... —le supliqué. Succionó nuevamente, comprimiendo sus labios, ocasionándome otro gemido que parecía llenar la habitación. Su mano se meneó con más diligencia sobre mi rígida polla, originando una sacudida rauda y veloz en mi pecho.

—Ya te vas a venir... —dijo justo cuando le sentí saborear mi líquido pre seminal. Me agarré de sus cabellos obligándolo a acelerar el ritmo y en menos de lo que yo mismo pude calcular, me hallé explotando en su boca. Tenía los latidos del corazón a mil por hora. Me agaché para estar junto a él y le sonreí antes de besarle ansioso. Cuánto le amaba cuando hacía cosas como esta era incalculable, estallaría cualquier medidor.

—Déjame hacértelo yo a ti... —pedí colocando las manos alrededor de su cuello, inclinando la cabeza para profundizar el beso que quería darle. Bajó su mano hasta mi trasero y lo estrujo al mismo tiempo que sumergía su lengua en mi boca, haciéndola juguetear caprichosamente con la mía. Amo sus besos, la forma que tiene de tocarme, es como si todavía me pudiese poner nervioso. Me acuesto por calentura con los demás, no soy de hierro, soy fácil de provocar, pero Elle... Elle me vicia cuando nos acostamos, a pesar de que hemos hecho el amor poco, han sido tremendamente especiales. Yo separo muy bien el sexo del amor, y sé que lo siento con él cuando me acaricia.

—No —sonrió soltándome, bostezando—. Ya es muy tarde, sólo quería contentarte un poco, pero estoy muy cansado... —se excusó colocándose de pie.

—Pero Elle, no tardaremos nada, por favor...

—No, Light, en serio. Ahora no me apetece —siempre lo mismo, siempre mañana—. Bebé, no pongas esa carita, vamos a acostarnos y...

—"Y mañana lo intentamos..." —dije terminando la frase. Ese mañana no llegaba nunca. Es como cuando vas a un almacén y hay un letrero que dice "hoy no se fía, mañana sí", y así por los siglos de los siglos. Bufé—. Como quieras —me resigné frunciendo el entrecejo caminando hacia la cama. Me miró con tristeza al ver esa actitud en mí, sin embargo, prefirió callar y con una media sonrisa, se acostó a mi lado sobre nuestra cama, pasando los brazos por mi cintura, pegando mi espalda a su pecho y apoyando el rostro en mi hombro.

—Buenas noches, amor... —susurró. No contesté, pero entrelacé nuestros dedos y me dejé dormir cuando sentí su beso posarse en mi mejilla—. En serio lo lamento.

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Jueves

Sólo es un desliz (Death Note Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora