Light
Miércoles
Mañana
Llevaba poco más de media hora revisando con atención todos y cada uno de los productos que ofrecía la tienda. Veamos... La provocativa lencería roja de tirantes y corbatín es la favorita de Beyond, y, por el contrario, la blanca, es la de Elle ya que, según él, "resalta mi pureza". Es muy ingenuo.
Estoy viviendo con mi adorado caballero hace aproximadamente tres semanas, compartimos un cómodo y agradable departamento cerca de nuestra universidad. Vivir en pareja tiene sus ventajas. A mis veintitrés años soy totalmente autosuficiente, lo que significa que estoy independizado de mis padres, los cuales veo una sola vez al mes –no es que yo sea ingrato, es más, desde que me tocó cursar los últimos cuatro años de instituto ya les veía poco, y es que, a veces estaban semanas sin verme, estoy más que acostumbrado a estar solo en casa. Creo que esa es la razón principal por la que inicié prontamente mi vida sexual-. Me encuentro finalizando mis estudios para graduarme de psicólogo el año que viene, ¿por qué escogí esa carrera habiendo mucha profesión con mayores ganancias?, pues... son dos razones: La primera, agudizar mi talento de persuasión, ¿para qué?, pues para tener una herramienta más para conseguir mis objetivos, sé que la sicología se supone, es para ayudar, pero este tipo de cosas las puede hacer cualquiera, piénsalo, es igual si alguien sabe Medicina y quiere perjudicar a otro, sabe cómo hacerlo desde el punto de vista de la salud, aunque no lo haga, tiene la información ¿me expreso bien? El segundo motivo es para recaudar dinero y pagar mi próxima carrera: Gerente de informática. El dinero y el sexo es todo en la vida, o para mí al menos.
-Me decidí –anuncié-, llevo éste –dije sacándolo del colgador—, y éste, por favor –los coloqué delicadamente sobre el mesón mientras sacaba mi cartera para pagarlos. Les van a encantar, estoy seguro.
-Se nota que usted tiene una vida sexual muy activa, caballero... –comentó el vendedor con una pícara sonrisa en el rostro.
-Muy gracioso, ¿no, Matt? –abrí lentamente la billetera y antes de sacar el dinero le miré sugerente-. ¿No tienes algún descuentito para mí? –pregunté en tono seductor mientras me desbrochaba con dilación los primeros tres botones de mi camisa, dejándole ver generosamente el sector derecho de mi cuello y clavícula en donde había un chupón que él mismo había tenido el honor de hacer la primera vez que vine a comprar a su tienda. Se relamió el labio inferior observándome con lascivia.
-¿Para mi cuñadito favorito? –ensanchó su sonrisa aproximando su cuerpo al mío agarrándome de la cintura y rozándome levemente la nariz—, ¿cómo no? –correspondí coquetamente a su sonrisa y, sin disimular lo excitado que se encontraba, su labio descendió de forma suave por curvatura de mi cuello mientras friccionaba su erección creciente en mi entrepierna—, pero antes... debes compensarme el favor...
-Yo encantado... pero... ¿Dónde está Mikami? –consulté preocupado de que pudiese aparecer estrepitosamente en cualquier momento.
-¿Tu mejor amigo? –inquirió en tono burlón.
-Sí, tu noviecito, cariño –respondí recompensando su mofa agarrándome de su cuello con ayuda de mis brazos.
Necesito aclarar algo, sí, sé que Mikami es mi mejor amigo y también el primero en ofrecerse cuando requiero ayuda, pero ¡vamos! Sólo es sexo, además, hago esto con su novio no porque lo ame o quiera quitárselo. Solamente es para conseguir una rebaja en ropa y pasar un buen rato, he gastado demasiado dinero esta semana y apenas es miércoles.
-Él está... –su celular comenzó a sonar ruidosamente mientras lo pensaba y fastidiado, se liberó de mis brazos cogiendo el teléfono—. ¿Aló?, sí, mi amor –hablando del rey de Roma—, aquí estoy. ¿Ah?, ¿yo?, en la tienda, no, no estoy agitado, es el calor, me siento un poco sofocado, ya sabes. ¿Hm? –frunció el entrecejo sin alterar su voz—. ¿En cinco minutos? Está bien, te espero. También te amo, adiós –colgó—. Creo que nuestro encuentro tendrá que esperar.
-Así veo –resoplé y él asintió irritado por la interrupción.
Pagué dos conjuntos a precio de uno y me fui feliz de la tienda con las bolsas en mano. Siempre podría regresar.
Tarde
Había decidido faltar un día de universidad sólo para tenerle una sorpresa agradable a Elle antes de que llegase a casa. Estaba emocionadísimo de verle, siempre era así, tenía dos copas y una botella de vino tinto junto al espagueti con boloñesa que había cocinado. Ya quiero que regrese. Es la misma sensación de nerviosismo que sentía a los dieciséis cuando invitaba a Mello a quedar en mi casa en mis días de instituto y estábamos solos. Mello era... ¿cómo decirlo? muy juguetón en la cama, al principio, torpe como ninguno, miedoso, luego de soltarse y coger confianza, ya era un golpe de ingenio cuando de posiciones se trataba. Que buenos tiempos... ¿Por qué fue que terminé con él? Hm... ¡Ah!, ya sé, sus odiosos y aterradores padres. Lo siento, pero con suegros como eso, prefiero tener a los dioses del olimpo en mi contra. El papá de Mello es extraño, esconde un secreto, lo sé por dos motivos, primero, porque cuando le arrancaba la camisa a Mello su espalda y abdomen estaban repletos de moretones y, segundo, entre granujas nos reconocemos. ¿Hace cuánto que no le veo?
Escucho el sonar de las llaves y el abrir de la puerta. Doy un brinco de mi asiento y sonrío.
-Amor, ya llegamos –al fin, es su voz. Esperen, ¿acaso dijo llegamos?
-Así es –comentó la voz ronca y socarrona de mi deseado pelinegro de ojos carmín—. ¿Nos esperabas?
No pude evitar ponerme rojo al verlos entrar, a mis dos hombres preferidos. Una sensación de cosquilleo me recorrió la columna y el vientre, e, internamente, sonreí con malicia. A uno de los dos tendré que emborrachar hasta la inconsciencia para dejarlo dormir, y al otro... bien paradito para que me dé lo que he estado esperando desde esta mañana.
Elle me saludó, besó mi frente y fue a dejar unas bolsas a nuestra cocina.
-Esta noche te haré mío –murmuró Beyond en mi oído aprovechándose del despiste de Elle para acercarse y estrujarme el culo con sus fuertes y grandes manos. Retrocedí por miedo, pero la excitación me recorría fogosamente por cada extremidad. Creo que ya sé quién se quedará dormidito mientras otro hace el trabajito pendiente.
ESTÁS LEYENDO
Sólo es un desliz (Death Note Yaoi)
FanfictionNada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.