Capítulo 3.- Dulce ovejita.
Por fin sonó la campana que indicaba el final de aquel apestoso día, no había dejado de pensar en una posible respuesta para la estúpida pregunta de mi amada mejor amiga. Al final, decidí pasar de aquello, seguiré siendo la misma que he sido siempre y, a la que ninguna estupidez hará que cambie.
Volví a mi casa andando ya que necesitaba despejar mi cabeza llena de completas estupideces.
Llegué a casa, comí sola y empecé a hacer deberes, cuando acabé me puse a releer uno de mis libros favoritos, show de Javier Ruescas.
Otro maravilloso día de clase comienza y no hay mejor manera de emplearlo escuchando los gritos de mi hermano, ¡viva!
Llego a clase y me siento en mi sitio habitual, tercera fila al lado de la ventana.
-Hola chicos, se que es poco habitual que venga por la mañanas a las aulas, pero tengo una noticia para vosotros.- era la Sra. Maslow, la subdirectora aunque es como si fuera la directora.- Ha venido un nuevo alumno desde Irlanda, se llama Matthew Gilbert.- en ese momento aparece un chico por la puerta.
Tiene una tez morena, el cabello castaño y de forma desordenada pero haciéndolo parecer muy sexy. Tiene unos ojos cautivadores, de un brillante tono azul zafiro, tiene los ojos más bonitos que había visto en mi vida.
-Hola.- dijo el chico, esto... ¿Matthew?
-Bueno, siéntase allí junto a la señorita Montgomery.- dijo el profesor de lengua el cual no se en qué momento llegó a la clase, pero ahí estaba.
Dimos las clases como siempre, era la hora del recreo y me apresuré a salir lo más rápido posible ya que tenía demasiado hambre.
-Señorita Montgomery, ¿le importaría venir un segundo?
-Claro que no.- dije intentando sonando sonar amable y solté de nuevo mi mochila sobre la mesa.
-Me gustaría que ayudase a integrarse al señor Gilbert, que le enseñe las instalaciones del Instituto y que le ayude en todo lo posible, ¿puedo contar con usted?
-Claro.
-Está bien, señor Gilbert, ésta es la señorita Montgomery, ella será la que le ayudará con todo lo que necesite. Además necesitará una tutora por haber entrado cuando ya ha pasado casi un trimestre entero.
Me dispuse a salir de la clase para poder irme al fin al comedor a comer.
Cuando estoy ya saliendo, Matthew me agarra del brazo impidiendo que salga.
-Oye, ¿Anne, verdad?.- pregunta y asiento.- No sé que opinarás, pero yo no necesito ninguna tutoría y mucho menos por la empollona de la clase, en mi anterior instituto sacaba matrículas sin estudiar.
-Por mí, genial. No quiero tener que aguantar a estúpidos engreídos y prepotentes. Que eso te quede claro.- le dije no de muy bien humor zafándome de su fuerte agarre.
-Tú no me odias, tu te acabarás enamorando de mí, todas lo hacen.
-Tal vez olvidaste una cosa, yo no soy como todas.- le solté dejándole con la palabra en la boca.
Cuando al fin llegué al comedor para poder comer algo, casi había pasado el tiempo de recreo.
-¡Ey, Anne! ¿Qué te ha pasado? Ha tenido que ocurrir algo importante para que te pierdas la comida.
-Pues la razón tiene un nombre y apellido, Matthew Gilbert.- le dije y empecé a contarle lo que había ocurrido hace unos minutos.
-Tía, es un completo idiota.
-Ya ves...- dije y en ese mismo instante sonó el timbre que indicaba el fin del recreo.
Mientras estaba en clase, las indicaciones y explicaciones del profesor estaban en un segundo plano, lo único que oía eran los tantos cuchicheos de parte de toda la plantilla de animadoras diciendo lo bueno, guapo y maravilloso que era l chico nuevo, también llamado Matthew Gilbert, y estaban haciendo una porra sobre quién iba a ser con la primera que se iba a acostar. ¡Idiotas!
Al fin sonó el timbre de final de clases, cosa que estaba esperando ya que no podía seguir escuchando a aquellas rubias de bote y sin cerebro.
Me fui al coche de Madie y esperéis que viniera. Ella y yo no íbamos a la misma clase, únicamente coincidíamos en física y química y en literatura.
Ya salía casi todo el mundo, pero ella no venía. Al que si vi salir fue al capullo. Él venía hacia a mi, cos que no me gustaba nada.
-Hola, Anne.
-¿Qué mierdas quieres Gilbert?
-Hablar. Quería que me perdonases y que me pudieses ayudar con las clases como antes te dijo nuestro tutor.
-Umm... Eres amable Gilbert. Pero esta faceta tuya no me la trago, por ello te lo repetiré de nuevo, ¿qué mierdas quieres?
-Está bien. No quieres por la buenas, tendré que ir por las malas.- me dice con un tono amenazante.- Tú, dulce ovejita, me vas a dar las tutorías sí o sí, a no ser que quieras que nuestro profesor deje que pensar que eres la mejor alumna y, que has dejado de ser ejemplar. Eso sería muy malo, ¿verdad que si, mi dulce ovejita?
-¿Me estas chantajeando?
-¿Yo? Para nada, yo te estoy ofreciendo, te doy a elegir, y que sepas que nunca soy tan considerado con nadie, contigo estoy haciendo una excepción. Espero que aproveches esta oportunidad, porque no te la repetiré otra vez.
-No sé, tal vez me lo piense.- dije con un tono de idiota.
-No hay nada que pensar. Tienes las cartas sobre la mesa, eliges no tener problemas conmigo o eliges tenerlos, cosa que no te recomiendo para nada.
-Ah...
-Eso está mejor, ovejita. No veremos mañana después de las clases y seguiremos hablando de lo nuestro.- me dice y se va.
Cuando ya casi ha llegado donde está aparcada su moto, retrocede todo lo que antes había avanzando colocándoselo justo delante de mi cara. Me levanta la barbilla y me planta un suave y dulce beso en los labios.
-Ahora sí que me puedo ir a gusto.- dice y corre hacia su moto y desaparece rápidamente dejándome en un estado de shock.
Me acababa de besar.
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se que dije que subiría una vez por semana pero la anterior no pude. Este capítulo lo tenía pensado ayer, pero se me borró y lo he tenido he escribir de nuevo.
espero que os guste :)

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Imperfecta.
Teen FictionDespués de ser nominada a reina del baile de invierno en su instituto, la vida de Anne Montgomery, da un giro que cambiará su vida. Puede que después de todos los sucesos que le ocurran, eche de menos todo lo que antes tanto odiaba, ser invisible.