Capítulo 5.

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Capítulo 5.- Un capullo no tan capullo.

Esto era peor que una terrible pesadilla, otra vez me había besado el idiota y capullo de Matthew. ¡Joder! Le debe gustar fastidiarme la vida, debe ser que ha encontrado otro hobby.

Llevo todo el rato pensando en lo ocurrido.

-Hombre dulce ovejita, ¿pero que haces tú aquí?

-Será que vivo aquí...

-Qué increíble sorpresa. El destino quiere que estemos juntos, ¿no le escuchas?

-Lo único que escucho son estupideces provenientes de tu boca, que ya me gustaría no escuchar, la verdad.

-Pues decir lo que quieras, si con eso te convences a ti misma... Porque a mi no me llega eso que dices.

-Pues créeme, no quiero verte, no quiero que me hables, que me mires, no quiero nada que provenga de ti, ¿escuchaste bien, o te lo tengo que repetir?

-Dulce ovejita, llegará el momento en el que no quieras lo que dices, que lo que vas a hacer será llamarme para que vaya en tu busca. No querrás que me separe de ti, y no te gustará que eso ocurra porque en ese momento estrás tan enamorada de mi que estar separada de mi, será tu peor pesadilla.

Y después de aquello, antes de que me dejase protestarle, me calló, me calló con un beso. Otra vez. Otra vez me dejó en estado de shock, volvió a besarme y otra vez a desaparecer al segundo dejándome sola.

Para colmo, cuando me estaba besando, me pareció escuchar que alguien decía mi nombre, pero después allí no había nadie.

Intenté volver a actuar normal, como lo hacía habitualmente, para que nadie sospechase que me había pasado algo, pero esta vez me fue imposible hacer como que nada había ocurrido. Estaba más rara de lo que normalmente lo estaba. Madie se dio cuenta pero no dijo nada al respecto, cosa que agradecí eternamente.

-A las cinco en la plaza, no faltes. Tu capullo favorito.-

¿Podría ser verdad? ¿Era él? Y si es así, ?cómo mierdas ha conseguido mi estúpido número de teléfono?

-¿Qué quieres, capullo?-

-Hablar.-

¿Que quería hablar? ¡Já! Estoy casi segura de que esto es un truco.

-Si voy, ¿qué me ofreces a cambio?-

-Mi agradable compañía.-

-No cuela, quiero algo que pueda disfrutar.-

-¿Cualquier cosa que puedas disfrutar?-

-Cerdo.-

-¡Qué predecible que eres! Pensé que no te asustarías de algo tan natural como es esto.-

-No pienso hablar contigo de eso...-

-Esté bien. ¿Qué te parece un helado?-

-Ok. No te daré mucho tiempo, te daré para hablar el mismo tiempo que tarde en comerme el helado, así que piensa bien lo que tengas que decirme y no desperdicies el tiempo.-

-Me parece un trato justo. Pero le añado otra cosa, si no te desagrada mucho mi compañía estarás conmigo lo restante de la tarde, ¿trato?-

-Trato.-

Mis dedos estaban que escribían solos, no sabía lo que acababa de hacer, era tan poco normal en mí. Nunca me habría imaginado teniendo una conversación como esa con nadie, teniendo en cuenta que soy algo cerrada aunque a veces no lo parezca, solo que cuando me enfado, los frenos no me funcionan.

Imperfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora