Regreso a casa cuando ya ha anochecido, estaciono la Escalade y bajo llevando conmigo la comida rápida que compré de camino aquí. Son las siete de la noche.
—¡Triz, ya estoy aquí! —le grito al pie de las escaleras, esperando que alcance a escucharme, ya que las habitaciones son insonorizadas.
—Yo también —responde emergiendo del área de la sala.
Me giro en su dirección encontrando a mi amiga, sudada, con ropa cómoda y el cabello en un moño desorganizado en lo alto de su cabeza.
—¿Terminaste?
Le pregunto girándome y avanzando hacia la cocina escuchando mis botines resonar contra el piso de mármol.
—No, aún no, pero avancé bastante.
Comienzo a sacar las bolsas con la comida y a dejarlas sobre la isla de la cocina.
—Bien.
—¿A dónde fuiste?
—A comprar la comida.
Puedo sentir su mirada cargada de duda sobre mí, pero no pregunta más.
—Estoy muy emocionada por mañana —me dice cambiando el tema y tomando un trozo de pollo agridulce.
—No sé qué tanto te emociona.
—Pues ir a la Corona.
—¿Te emociona estar rodeada de una bola de tipos borrachos y drogados, en un lugar dónde no se hacen más que carreras clandestinas de autos y motos, peleas y apuestas? —suelto exasperada mientras me llevo un poco de comida a la boca.
—Sííí —da unos aplausitos con sus manos—. Nunca he visto nada como eso.
Pongo los ojos en blanco.
—Y no deberías hacerlo.
—¡Lo prometiste Sam! —me reclama haciendo un puchero.
—Y lo cumpliré, pero eso no quiere decir que esté de acuerdo o que me parezca una gran idea.
Sigo comiendo sin muchos ánimos de hablar de este tema, menos aún con la cantidad de problemas que tengo encima en este momento.
<<Dios, pero que terca>>
—En fin, lo cumplirás y eso es lo que importa —engulle su arroz frito.
—Claro —le digo algo molesta—. Pero harás exactamente lo que yo diga o no pondrás un pie ahí de nuevo, ¿entendiste?
—No creo que sea tan malo Sam.
—No tienes ni idea. Lo digo en serio Beatriz, ¿entendiste? —la señalo con el dedo.
—Sí, lo entiendo.
—No, promételo.
—Te lo prometo Sam —me dice claramente exasperada.
—Mmm... Puff, de acuerdo —me resigno perdiendo de repente el apetito y sintiéndome realmente agotada—. Me voy a dormir, estoy exhausta.
—De acuerdo, que descanses Sam.
—Buenas noches Triz.
Subo a mi recamara sin estar convencida de llevar a Triz a la Corona, pero ya no hay más que hablar, quizás si ella se da cuenta de qué clase de lugar es, deje de insistir en involucrarse en esa clase de vida.
Me doy un baño y me meto a las cobijas, luego de un rato el cansancio me vence.
<<
Estoy en una bodega, un trabajo salió mal y la gente de mi padre aún no nos encuentra. Nos tienen atados, son capos de un cartel contrario, toman a un tipo de los nuestros y comienzan a descuartizarlo con un hacha, él aún estaba con vida.
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Carpe Diem [Saga Carpe Diem 1] *EDITANDO*
Teen FictionSamantha no es como todas las chicas. No es tímida, ni insegura, mucho menos ingenua o inmadura. No. Samantha es fuerte, provocativa, dura, fría, cabrona. Pero no es para menos, la vida la obligó a ser así... Después de todo, ser hija de uno de los...