Capítulo 2

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—¿Qué se cree ese tipo? No puede venir y hablarme de esa manera— dije levantando los brazos exageradamente.

—Relajate Lilith,— miré mal a Paola —Digo, Mandy, si eso. Hum, apuesto que no volverá.

—Yo espero que realmente no lo haga, he tenido bastante como para que alguien venga a joderme la vida de nuevo.

—Tranquila Mandy, no sigas estancada en el pasado.

—Simplemente no puedo superarlo. Me es difícil.

—Tarde o temprano lo harás.— Paola me sonrió antes de llegar a la casa de los Cook —Mañana nos vemos Mandy, linda noche.

—Gracias Paola, hasta mañana— y me metí a la casa.

La señora Cook cocinaba algo sumamente delicioso, pero mi apetito se había ido al recordar el pasado.
—Hola nena, ¿vas a cenar?

—No, gracias señora Cook, iré a dormir. A sido un día difícil— y subí las escaleras.

Llegué a mi habitación y me recoste en la cama. Cerré los ojos.

"—Lilith, quiero decirte algo, pero no se lo digas a nadie.

—Claro Roy, dime.

—Bien, lo que pasa es que...— se rascó la nuca —eres una chica muy linda, y bonita,— rió —Y, bueno, me gustas.

Parpadee varias veces al mismo tiempo que me sentía incómoda.

—Hum, eso realmente es sorprendente. Pero no quiero una relación Roy, eres un chico lindo y caballeroso, sólo que no eres mi tipo. Lo siento.dije antes de meterme a mi casa."

Abrí los ojos de repente y me levanté. Miré la hora y apenas iba a salir el sol.

(...)

—Buenos días— hablé antes de sentarme en la mesa para desayunar.

—No parecen tan buenos para ti, Mandy— respondió el señor Cook

—Tuve insomnio toda la noche, apenas y dormí tres horas.

—Se nota— dijo Gustavo

—Ten, tomate una taza de café.— contestó la señora Cook y puso una taza frente a mi.

—Gracias, pero prefiero llevarlo al súper, ¿tendrá un termo?

—Claro, ahora te lo pongo ahí.

—No, yo lo hago, no se preocupe.— y me levanté.

Le di un sorbo al termo antes de ponerme detrás de la caja.
Comencé mi día como siempre, cobrando y guardando alimentos.

—¿La chiquilla no tuvo una noche tranquila?— escuché una voz masculina frente a mi.

—¿Y a ti qué te importa?— dije pasando un refresco por la barra

—Uy, que carácter te cargas.

—No he amanecido de buen humor como para que vengas aquí con tu mierda y me jodas más el día. Y si sólo viniste a comprar un refresco, págame y lárgate de una vez.

—Bien, no pareces tan mocosa después de todo.— habló el chico, dejó el dinero exacto y se fue.

Gruñí por lo bajo...

Contigo o sin ti... (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora