—Hum, ¿sí?— dije y note mi voz áspera.
Típico, después de una siesta.
—¿Leah?— dijo y reconocí su voz.
—¿que sucede, Gem?— pregunté
—¿estás en San Diego?— dijo y fruncí el ceño.
—sí, ¿que sucede? — dije.
—te necesito, bueno, mejor dicho te necesitamos.
—¿que? ¿quienes?— dije extañada.
—Yo, Aaron y Camila — dijo.
(...)
Lluvia, las gotas rodaban por las ventanas de mi auto.
El trafico en San Diego, empeoraba de poco a poco.
—a este paso llegare mañana— Murmuré.
Él hospital que estaba cerca a la plaza principal, estaba a unas cuadras, caminar no era una buena opción. Llegaría empapada.
Los autos empezaron a avanzar y decidí tomar el camino corto, rodeando el parque de juegos y rápidamente llegaría a mi destino.
Entre rápidamente y me dirigí al último piso.
Cuando estaba en la sala de espera, me di cuenta que alguien estaba sentado en una de las sillas.
—¡Aaron!— dije, unas miradas se posaron en mí, pero bueno, el punto era que él se de cuenta.
—¡Leah!— dijo y se paro a abrazarme.
—¿como has estado idiota?— dije y el rió
Nos separamos y ahora pude mirarlo.
—bien, tu vida a de ser de maravilla, oí que heredaste la empresa de tu padre.
—¡Oh vamos! No es para tanto, estuve muy ocupada, es demasiada responsabilidad, aún tengo 23 años.
—sí, no persiste tu ánimo — dijo y negué.
—nunca pierdo mi toque — dije.
—que mal que el reencuentro sea de este modo.
—sí, ¿sabes algo?— dije.
—no es cáncer, creo, eso dijo Gemma — hize una mueca.
—espero que salga de esta.
La puerta se abrió y Gemma salio.
—¡Leah!— dijo y me paré.
—¡Gem!— dije y la abraze.
—es bueno verte — dijo y yo reí.
—igual a ti, ¿Esta despierta?
—más que nunca — dijo y se sentó a un lado de Aaron.
Entre y Camila tenia la vista perdida en el techo.
—Creí que irías por un...¿Leah?— dijo Camila sorprendida.
—en vivo y en directo — dije y camine directo a abrazarla.
—¿como?— dijo —creí que..
—shhh, no arruines el momento.
Ella rió y me separe.
—¿como estás? — pregunté sentándome a su lado.
—hum, ¿mal?, bueno, no me duele nada, la palabra sería deprimida.
—¿que es?— dije y ella fruncio el ceño.
—¿que cosa?
—tú...enfermedad — dije dudosa.
—no lo se — respondió. —espero que no sea nada malo.
—esperemos...— dije y le sonreí, ella en cambio me dio una sonrisa de medio lado.
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Reencuentro Zodiacal
Teen FictionElla estaba enferma, después de todo, algunos, debían pedirle disculpas. Es un buen momentos para un reencuentro, ¿no?