5. Conversación en línea.

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—dejame dormir— Murmuré al sentir la luz entrando por la ventana.

—despiertate, Ethan — Dijeron.

—ve a hacer otra cosa, largo — dije y señale la puerta —ahora.

—¡Son las 12 de la mañana!— me levanté de mi cama como si my vida dependiera de eso.—hoy es sábado.

Bufé y volví a tirarme en mi cama.

Dulce y cómoda cama.

—¡eres Imposible, Ethan!— suspiró y antes de irse habló —tu celular no a parado de sonar.

Por fin, el gran ogro, salio de mi cuarto.

Bueno, 7 llamadas perdidas de un desconocido, ¿te hace sentir acosado?

Sí, creo que sí.

Y una nueva llamada, del mismo número.

—te lo diré fuerte y claro, si me estás acosando, no te haré caso, si me quieres chantajear, no te daré dinero aunque tenga, ¿si? Que tengas un buen día.—dije y Sonreí ante mi propio discurso.

—no has cambiado en nada, Ethan — dijo una voz femenina.

Fruncí el ceño.—¿quien habla?

—Leah, imbécil — dijo y lo pensé.

—¿Leah Lee? ¿Benson? ¿William?.

—Leo, realmente creo que tu presencia no hará falta — dijo con voz malhumorada.

—¡¿Leah?! ¿como andas teñida?— dije riendo.

—¡Ugh! ¡No me lo recuerdes!

—si, bueno, ¿que sucede como para llamarme 7 veces?

—¡Oh sí! Necesito que vengas a San Diego.

—¿¡Que!?— grité.

—Tu mismo, sabes que odio repetirle las cosas a todos, ¿si?

—¿para que? Osea, ¿que?, a quien quieres que masacre, ¡o yo que sé!

—nada de masacre, es casi lo contrario, ¡daremos felicidad!

—te recuerdo que faltan 9 meses para navidad — le recordé.

—oh no, eso ya lo tenia preparado, espero que ya estés alistando tu traje de elfo— dijo.

—¿¡que!?— grité por segunda vez.

—calma hombre, no te enojes, te saldrán arrugas.

—Leah, dime que necesitas, tengo un cita con mi cómoda cama en menos de 2 minutos — dirigí mi vista a mi cama —y es muy impaciente.

—si quieres follar, hazlo — bufó.

—no hablo de eso, mal pensada—dije.

—bueno iré al grano, necesito que vengas por Camila.

—si se embriago otra vez, no creo que mi ayuda sea tan necesaria.

—¡No es eso!— gritó —ella esta...

—¿esta..?— fruncí el ceño.

—emferma, no suena tan bien, esa palabra, pero es la verdad.

—¿emferma? ¿de que?

—no lo sabemos, los doctores no an dicho nada, hasta en menos de una semana.

—¿cual es tu punto? — pregunté.

—es la idea de Gemma y Aaron, quieren reunir al grupo, y si me disculpas tengo muchas llamada por hacer, ¿quieres colaborar?.

—bien — masculle.

—¿iras?— hice un hujum en respuesta —¡Gracias Ethan! ¡Te veo en unos días!

—si sí, lo que digas — dije.

—¡No olvides lo del traje de el...!— no la aguante más y le colgué.

¿San Diego? Serán unas cuantas horas de viaje.

—¡Vanessa!— grite y escuche unos pasos cerca.

Haremos un gran viaje.

Reencuentro ZodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora