Capítulo 30

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Mueve su cabeza de un lado al otro.

—No te entiendo—confiesa—. No sé porque tienes que ser así con todas las personas.

—¿Así cómo?

—Tienes que perdonarlo todo, para quedar bien con las personas.

Espera a que diga algo, pero no lo hago.

No me había puesto a pensar que era así como ella me veía. Ni siquiera me había dado cuenta que eso era algo que a Martina le disgustaba. Tal vez, tiene razón, pero... yo perdono a las personas porque se lo arrepentidas que se sienten.

Me quedo pensando por unos minutos, hasta que la voz de Martina me saca de mis pensamientos.

—Adiós, Jorge.

—Oye espera —la detengo —. No es motivo para que te enojes y te vayas.

—Ah, ¿no? —Me mira—. Yo estoy de viaje por asuntos de trabajo y tu estas aquí divirtiendo y con ella. Sabía que estabas muy ocupado como para estar con ella.

—Así que por eso no me llamaste.

Ella no me contesta.

—Lim, no es una mala persona.

—Sí, lo es. Por culpa de ella estuve sufriendo por no estar a tu lado. Llore como jamás lo había hecho en toda mi vida. Por ti y por ella, fue que me di cuenta que la gente solamente juega contigo—no voy a negar que sus palabras me están lastimando en estos momentos, pero lo dice porque está molesta y enojada. Sé exactamente lo que paso hace unos años, pero no tiene que ser asi ahora—. Sufrí por tu estúpidas dudas por lo que sentías por mí.

Aprieto mis puños con fuerza.

Y molesto de esta situación, me atrevo a decir:

—Hubiera sido mejor que me enamorara de ella, para que nadie sufriera.

Martina se queda en shock solo unos segundos y agacha la mirada algo triste. Intenta ocultar sus pequeñas lágrimas que han salido de sus ojos y las limpia rápidamente con su antebrazo.

—Sabes que, mejor dejémoslo aquí—con la voz temblorosa, se empieza a alejar de mí.

Me agarro el cabello con frustración y empiezo a repetir que soy un idiota, al decirle eso. Fue un impulso y en verdad, no lo quería decir. En estos momentos me estoy arrepintiendo de lo que dije. Me prometí que jamás la lastimaría y ahora lo estoy haciendo.

Martina solo está a pocos pasos de perderse ante mi visión, pero decido gritar lo que me ha tenido pensando en estas últimas semanas.

—Entonces, ¿Por qué no me dijiste que si ese día?

No lo olvides「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora