Era todo tan feo, está no era mi vida. Yo reía y jugaba, yo le contaba todo, y mi padre tuvo que irse. Por qué tuvo que irse? Él era una persona única, siempre estaba cuando lo necesitaba y, bueno, cuando no también. Él siempre estaba y eramos felices, pero tuvo que irse. Un accidente de coche cambio mi vida para siempre. Mi vida y la de mi familia. Mi mamá no pudo soportar tanto dolor, no puede aún, sé que mi hermano intenta ser fuerte por nosotras, pero le duele. Le duele mucho. Y yo.. mi vida se destrozó.
Después de esto mi familia decidió, más bien mi mamá decidió que sería conveniente irse a vivir a un pueblo desconocido. No es en broma, nunca había oido hablar de él, lo que es muy raro, pero no iba a cuestionar. Ella dice que es mejor así, para olvidar en este lugar que traía tantos recuerdos. Yo, sin embargo, no pensaba de la misma forma. Es decir, era mi pad.. es, es mi padre. No voy a olvidarlo nunca, de eso estoy segura, entonces no entiendo la diferencia que esto hace para ella, pero no necesitaba más problemas, así que acepte sin quejas para verla feliz.
-Vamos, chicos. Rápido. Vayan a terminar de empacar. Vayan.. HEY. Cam, sacate los auriculares y ve a empacar, ya.
Cam era mi hermano, él tenía 19 cuando yo tenía 17, era 3 años mayor que yo, pero aún así nos llevavamos muy bien, o por lo menos lo intentábamos. Mayormente.
-Voy mamá. LINDSAY!
-Estoy acá, no necesito que grites tanto.
Él se giró, y me vio. -Lo siento, ven. Necesitas ayudarme a empacar.
-Necesito?
-Por favor Lindsay, sabes que no sé doblar las cosas para que quepan en la valija. Tienes que salvarme la vida o morire intentandolo, y sé que no quieres eso.
-En realidad..
-Lindsay..- advirtió.
-Bien, vamos idiota.
-Te amo.- sonrió
-Lo sé. - Y no quería decirselo ahora, pero también lo amaba. Mi hermano era único. Era muy buen hermano, siempre me cuidaba, y aunque a veces demasiado, me gustaba que lo hiciera.
Llegamos a su habitación. La que dentro de poco iba a dejar de serlo, y vi que la valija estaba vacía. Sí, como, completamente vacía.
-Cam, voy a dejarte sin hijos. No hiciste nada aún?!
-Estaba ocupado, Lindsay. Lo sabes. No es fácil para mi mudarme y dejar a mi novia atrás.- Mi novia? Claro. Cam era el tipico chico que andaba con una chica por semana, esa excusa no era para nada convincente, pero la deje pasar. Y en cambio dije algo que sabía que le molestaría.
-Sí, lo sé. Estoy pasando por lo mismo con mi novio, pero me ves quejando? No.- Él gruñó y yo sonreí. Misión cumplida.
-Lin, sabes que no me gusta eso, dejalo.
-Simplemente estoy siendo sincera.
-El día que me entere que estás en realidad de novia, no saldrás de casa nunca más.
-Y es por eso que jamás te enteraste.- Y él volvió a gruñir. Bien, era la gracia. Sabía que mi hermano era muy celoso de mi, de mis novios, y siempre quería cuidarme. Y me encantaba eso, saber que me quería y le importaba, siempre supe que el día en que tenga un verdadero novio, es decir, uno oficial, sería como Cam. Es raro, lo sé, un novio como mi hermano? Diuhg. Pero me gustaba que me cuidara.
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-BAJEN AHORA. YA MISMO.
-Mamá, no grites más, por favor.- Si seguía gritando iba a morir. Eran las 6 de la mañana, y yo no era de levantarme temprano de madrugada. Ni a la mañana. Bien, ni al medio día. Yo solía levantarme a las 5 siempre que no tuviera que ir a clases al otro día, y ahora estar despierta a las 6? Oye, estoy parada y es un gran avance, dejen de gritar o morire.
-Bien, entonces apurate. CAM!- No veía cuál era el apuro, pero tenía apuro y mucho. Cam, mierda. Baja antes de que vuelva a gri..
-CAAAM.
Mierda.
-Voy, ya. Bien. Vamos.
Y así, lo dejamos atrás. Mi hogar, el hogar donde crecí y disfrute con.. con mi padre. Con mi familia. Sí, pero no iba a llorar. No iba a llorar.
Mire la casa por ultima vez, y me subí al auto. Cam llevaba mi valija, no lo sé, pero siempre hacía esas cosas. Entramos al auto todos, y nos fuimos. Ni bien subí, me dormí. Dije que era un gran sacrificio para mi esto de mantenerme viva a las 6 de la mañana y no era broma. Cam me despeto para comer algo al grito de:
-UNA ARAÑA. AHÍ LINDSAY, EN EL PELO.- Iba a matarlo, y más o menos lo hice. Le pegue muy fuerte en el estómago, y él sólo reía. No sentía nada. Idiota.
Luego de eso, no pude volver a dormir, pero llegamos en cuestión de horas, no lo sé, dos? Y no se me pasó muy largo. Bajamos del auto y le dije a Cam.
-Agarra mis valijas.- sí, era mandona.
-Agarralas tú.
-Tú me debes mucho por lo de la araña idiota, así que bajalas.- Él sólo rió, pero agarró las valijas por mi.
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Sobre todo, mía.
RomanceÉl era un chico respetado, eso se notaba. Pero también era un mujeriego. Tenía a todo el colegio atrás, y sí era hermoso, pero peligroso y sabía que era mejor mantenerse alejada, o por lo menos intentarlo.