Capítulo 7.

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Al otro día ni bien me levante me puse un pantalón de jean desgastado, tiro alto, que me llegaba hasta el ombigo, y un top blanco ajustado, de manga corta, que terminaba justo encima del pantalón.  Me puse un collar plateado, corto,  y baje a desayunar con una idea clara, tenía que aclarar las cosas con Tom.

Estaba terminado el desayuno, cuando bajó mi hermano con los ojos entre cerrados por la luz, se notaba que estaba recién despierto. Cuando me vio, abrio más los ojos y suspiró

-Me lo haces a propósito no, Lin?

Tenía una idea de a lo que se refería. El pantalón y la remera eran muy ajustados y se pegaban al cuerpo, y como el top terminaba justo encima del pantalón, se me notaba una línea de piel, diminuta,  pero era Cam, y sabía que exageraba todo con respecto a eso.

-No, Cam, no lo hago a propósito. Aunque debo admitir que me gusta verte molesto. -Dije sonriendo. No iba a discutir con él, no después de lo que hablamos la noche anterior.

-Voy a meterme en una pelea por tu culpa. -Nego con la cabeza y fue a cambiarse para llevarme al colegio. Acordamos que iba a llevarme la primer semana, para "ver como iban las cosas con mi hermanita" sus palabras no las mías, y luego me iría por mi cuenta. No veía la hora de que eso pasará.

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Bien, Lindsay, tu puedes. Ve y dile como son las cosas. Pueden seguir siendo amigos, eso no tiene por qué cambiar.

Y así de la nada, todos sus pensamientos coherentes se fueron. Él estaba besandose con otra. Con una rubia de buen cuerpo, no la conocia pero estaba segura que la odiaba. No sé por qué pero de repente me sentía mal, tenía ganas de ir y separarlos para decirle algunas cosas a la rubia plastica. Pero, qué podía decirle yo? Él no era mío. Él había dicho que yo era suya, pero lo dijo como un método,  eso se lo decía a todas, estaba segura de ello. Y a pesar de que fui a él para decirle que no podía surgir nada de lo que él buscaba, me dolía verlo con otra. Él tenía una mano en su cintura y la otra colgaba inmóvil. Quería vomitar,  quería llorar o separarlos, pero me límite a irme de allí con la cabeza alta.

Sobre todo, mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora