— Laur...Lern — Escuchaba que me llamaban a lo lejos y como me tocaban el hombro pero solo me moví para acomodarme en el asiento y seguir durmiendo — Lern... Lauren... ¡Michelle!— Y un ardor en mi cara siguió luego de ese tercer llamado.
— ¡¿Porqué me has pegado?! — Me estaba sobando la mejilla — ¿Qué te hice? — Ella comenzó a reír.
— No me hacías caso y no te golpee tan fuerte, seas niñita. Hemos llegado. Levántate que solo quedamos nosotras — Y con eso se separo y vi como su blusa subió un poco al ella elevar los brazos para sacar la maleta de mano y antes de que pudiera bajarlos, deje un beso debajo de su ombligo — ¡Lauren! — Grito/susurro y reí bajo, saliendo del asiento para poder ayudarla.
casi treinta y cinco minutos después, estábamos fuera buscando a la madre de Camila, la cual era quien nos pasara a buscar, mientras yo trataba de buscar un lugar para comprar gomitas de oso. Cuando por fin las vi e iba a ir por ellas, vi como Camila soltó lo que tenia en sus manos y corrió como nunca, en lo que tenemos juntas, la he visto correr y como abrazo con ganas a una mujer bajita de cabello castaño claro.
Se balanceaban de un lado a otro mientras hablaban. Ví como un hombre alto, rubio, de unos cincuenta, las miraba con una sonrisa de adoración. Camila se giro para mirarme y me sonrío haciéndome señas de que fuera, deje las maletas al lado de las de la latina.
— Lauren, ella es Sinuhe, mi madre. Mamá, ella es Lauren, mi novia — Su madre se acerco y me cogió de las mejillas bajando por completo mi cara hasta la altura de la de ella.
— Qué guapa es, mija — Dijo en perfecto español y escuche a Camila reír — Eres hermosa querida, me encantan tus ojos. Por favor dime Sinu — Me regalo una sonrisa tierna y la devolví.
— Mucho gusto Sinu — Sonreí como pude ya que aun tenia mis mejillas agarradas. Mire a Camila en busca de ayuda y ella rió mientras asentía.
— Ya mamá, deja que le presente a los demás — Le dijo en español. Me agarro de la mano y me puso delante del hombre rubio — Este es Matthew, esposo de mi madre — Estire mi mano a la de el y le di un apretón.
— Mucho gusto, Lauren — El asintió con una sonrisa.
Luego de las formalidades nos encontrábamos en el auto de la madre de Camila, rodando hacia la casa de esta. Mi sonrisa no se iba, y era porque se podía ver a leguas la emoción y felicidad brotar de la castaña. No paraba de hablar con su madre, y al igual que Matthew, que las miraba a ambas con ternura, yo miraba de esa misma forma a Camila.
Una hora había pasado cuando llegamos a la casa de Sinu, era de dos plantas, espaciosa, bastante hermosa y bastante cerca de una playa. Ayude a su esposo con las maletas y al entrar escuche pasitos y como un chihuahua, de pelo marrón, con grandes ojos marrones oscuros, y grandes orejas aparecía en mi vista y comenzó a ladrar y reí por lo abajo hasta ponerme a su altura y acariciar su cabeza.
— Camz. Pense que solo tenias una hermana pero nunca me dijiste que tenias una gemela — Ella me regalo una sonrisa sarcástica y su dedo medio.
— Graciosa — Dijo de mala gana y reí mientras acariciaba al perro — Se llama Lola, por cierto — Y efectivamente, cuando vi su medalla, en letras grandes y blancas, 'Lola'.
— ¡KAKI! — Una niña de unos diez años saltó al cuerpo de Camila, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.
— Sofi — Y lagrimas empezaron a bajar por el rostro de la morena. Su hermana se separo de ella y la miro a la cara.
— ¿Por qué lloras Kaki? — El tono de preocupación se podía distinguir perfectamente en la voz de la niña.
— Son lagrimas de felicidad Sofi, te extrañaba tanto — Le regalo una encantadora sonrisa y sus ojos marrones cayeron en los míos y su sonrisa se hizo más amplia — ¿Qué dices si te presento a alguien muy, muy importante para mi? — Su hermana asintió entusiasmada y entrelazando su mano con la de Sofi caminaron a mi dirección — Sofi, ella es Lauren, mi novia. Lauren, esta es Sofi mi hermana pequeña — Extendí mi mano pero la pequeña alzo sus brazos y la cargue.