La novia distraída | Diabolik Lovers | Clan Komori

Pollitos en fuga

Título: Pollitos en fuga

Sumary: Y de la nada, cinco hermanos se volvieron pollitos.

Advertencias: Trama absurda/OoC/Locuras de la autora.

Disclaimer: Yui no me pertenece, pero la amo mucho... *le pasan el disclaimer real* Ah, esperen... Diabolik Lovers no me pertenece porque es de Rejet y ellos son lo suficientemente malvados para no cederme a los vampirzuelos TwT

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Aquél día prometía ser como cualquier otro en la vida de los Sakamaki, si no hubiera sido por ese incidente. Quizás sus largos siglos de vida junto a cinco ineptos hermanos lo habían preparado para la catástrofe, desarrollando una especie de sexto sentido que lo alertaba antes del desastre en la mansión. La quietud de esa madrugada le indicó aquello que tanto temía. Reiji pudo casi jurar que algo muy malo estaba a punto de pasar.

Un terrible sueño con bolas de colores como protagonistas lo había obligado a despertar sobresaltado y demasiado temprano para su gusto pues el sol apenas iluminaba la noche y tan solo había dormido un par de horas. Su acostumbrado horario nocturno lo hacía despertarse por lo menos hasta la una de la tarde para prepararlo todo para la escuela. Ni siquiera se levantó de su sitio, con la esperanza de volver a dormir pronto.

Suspiró estresado al ver a sus familiares pasar por la ventana, entonando una canción aguda y ruidosa, alguien debería decirle a esos cuervos que no tenían talento para cantar. Estuvo a un segundo de lanzarles un zapato para evitar el poderoso dolor de cabeza que vendría a continuación cuando en su frente una sensación desagradable le hizo fijar su atención.

Un pequeño pollito amarillo aterrizaba de emergencia sobre la cara de Reiji Sakamaki.

El pelinegro abrió los ojos, espantado. Unos penetrantes ojos de pollo lo miraban fijamente con pereza y una extraña sensación familiar de burla. Reiji se frotó los párpados repetidas veces, tratando de despertar por completo, pero el pollo amarillo seguía viéndolo, ahora claramente fastidiado. No entendía como una criatura como esa podría aparecer de la nada, al instante pensó en la humana y las pocas ocasiones en que introdujo animales a la casa, pero presentía que esta no era la ocasión.

Mientras analizaba la situación, el shock inicial se transformó en una rabia incontenible cuando esa cosa amarilla dio media vuelta con toda la dignidad del mundo y aplastó su plumífero trasero sobre una de sus mejillas, dispuesto a dormir a pesar de todo.

Un maldito vago, fue lo que pensó. Luego todo cobró espantoso sentido.

Algunos segundos después, demasiado tarde a decir verdad, Reiji finalmente gritó.

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Después de una apacible noche de sueño, Yui despertó con la suficiente fuerza de voluntad para decidir seguir en pie el resto del día. Realmente había dormido muy poco, considerando que gracias a los vampiros su horario se había trastornado y la escuela nocturna había terminado hace un par de horas, pero por alguna extraña razón el sueño había sido más reparador que nunca.

Quizás el hecho de que ninguno de los Sakamaki la había molestado a medianoche tenía algo que ver. Tenían la horrible manía de acurrucarse con ella en la madrugada o simple y llanamente secuestrarla y llevarla a otra habitación, causando algunas peleas entre los hermanos. No entendía porque les gustaba tanto despertarla para ir con ellos, quizás era otra forma de tortura mental. En el fondo quería creer que les agradaba su compañía y eran demasiado orgullosos para pedirlo.