La novia distraída | Diabolik Lovers | Clan Komori

Recetas para pollo

Título: Pollitos en fuga

Sumary: Y de la nada cinco vampiros se volvieron pollitos

Advertencias: Trama absurda/OoC/Locuras de la autora.

Disclaimer: Yui no me pertenece, pero la amo mucho... *le pasan el disclaimer real* Ah, esperen... Diabolik Lovers no me pertenece porque es de Rejet y ellos son lo suficientemente malvados para no cederme a los vampirzuelos TwT

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Recetas para pollo

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Yui suspiró con fuerza, intentando apartar el cansancio mental y todos sus malos pensamientos pues sabía perfectamente que las cosas nunca se lograban siendo pesimistas.

No, ella debía ser fuerte no sólo por ella, sino por Reiji-san y por los pobres vampiros que, aunque parecían disfrutar del momento aleteando felices por aquí y por allá al causar desastres, seguro que estaban sufriendo por dentro.

Podía imaginar perfectamente el rostro intranquilo de Ayato al ver que había tirado a Laito desde el pequeño espacio de la barda del segundo piso, incluso pillaba fuertemente como si estuviera preocupado, (aunque otras personas pudieran creer que sólo se estaba burlando).

Estuvo a punto de ir a revisar al pollo castaño por si estaba herido, pero al verlo levantarse como si nada y saludar al pelirrojo moviendo un ala hacia arriba repetidamente, diciéndole en pollo-idioma que estaba bien (seguramente era eso, a pesar de que pareciera que estaba maldiciéndole) se tranquilizó.

Subaru se había mantenido en silencio absoluto desde que encontró una especie de refugio en la esquina del sillón, semi cubierta por una almohada pero de vez en cuando salía a observar. Probablemente estaba tan triste que por eso había tirado el resto de cojines sobre Kanato cuando intentaba acercarse a checar si estaba bien.

El pobre con su depresión no quería ver a nadie y había atacado a Kanato sin desear herirlo.

Sí, seguro que ellos estaban sufriendo...

Yui se sentía impotente y maravillada a la vez. Al menos toda esa situación los había unido como pollo-hermanos.

Su mente positiva se lo decía.

Y por eso...

—Reiji-san —llamó la rubia al pelinegro que paseaba "distraídamente" por la cocina. —Esa olla que tiene en las manos... es para cenar lo normal, ¿verdad? —cuestionó temerosa.

El pelinegro la miró unos breves segundos con sorpresa por sus palabras, como si la pregunta fuera obvia y ella una tonta por hacerla.

—Por supuesto —respondió en tono inocente, y Yui pudo haberle creído si no estuviera analizando con brillo demente el tamaño y filo de los cuchillos. —Nosotros cenaremos como siempre...—agregó con tono malicioso. —¿Prefieres pollo a la plancha o frito?

—¡Reiji-san! —exclamó alarmada.

La sonrisa de burla que recibió la irritó más y retrocedió unos pasos, vigilando el perímetro sólo por si acaso, dispuesta a proteger a los pollitos con su vida.

Propósito que estaba por irse a la basura al notar que Reiji-san observaba excesivamente alegre al pollo amarillo que dormitaba tranquilamente en la cima del refrigerador.

Lento, intentando no hacer ningún ruido se fue acercando peligrosamente hasta él con la vasija de metal en manos, revisando de punta a punta el espacio alrededor para no fallar en su aparente misión de atraparlo.