Cansado. Enérgico, triste, temeroso.
Voy entrando en la fase numero 80 a causa de las pastillas recetadas por el doctor, mi mente solo está agotada de tanto pensar, mi cuerpo tiene ganas de bailar debido a la música puesta de fondo en este viejo y apestoso bar. Trato de encontrar las palabras correctas para pronunciar, entre tanto alboroto de gente, pensamientos, me rindo y me caigo hacia el suelo.
Solo me duermo, me voy metiendo en un profundo sueño del cual el blanco se vuelve negro, no quiero que nadie me levante por lo menos por un largo tiempo; busco sentirme bien por el momento. Busco sumergirme en mis lamentos, en mis desenfrenados arrebatos por acabar conmigo.
Una, dos...diez dosis es lo que recibo a la mañana, dependo completamente de aquella píldora que me agota los conocimientos y desaparece mi sentido de humor, once, doce... veinte veces tomo de aquella botella de cerveza, repito que es una equivocación en mi mente, luego de funcionar. Se empieza a apagar el motor de la esperanza, se acelera el modo de auto destrucción; me empeño en no escribir ni decir nada, hasta que vuelva a recobrar la vida que perdí, hasta que regrese a mi la paz y tranquilidad que tiré por la borda, solo cierro mis ojos; solo es un temporal adiós.
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Querer que me quieras.
PoesieEs lo que surge. Es una mezcla de sentimientos que abundan en mi ser, y muchas veces no sé expresarlos, prefiero plasmarlo sobre una hoja de papel, así, dejando que mi corazón hable por si solo. No se trata solo de mí, se trata de nosotros. A veces...
