Querer que me quieras.

Anocheciendo.

Ver el cielo a tu lado, mirar las estrellas y quedarme quieto observando tu hermoso cabello lleno de rulos.

Contemplar el mar tomados de la mano, mientras cantamos nuestra canción favorita. Quiero tenerte conmigo todo el resto del día, quiero hacerte feliz como jamás nadie lo hizo.

Por eso, comparto contigo este momento, levanto despacio mi brazo hacia arriba señalando las estrellas para indicar que tu eres una de ellas, la que me cuida, la que me alumbra.

Tú eres mi guia, cuando estoy bien o cuando siento que ya nada vale la pena, tu estás ahí como una cálida esperanza. Me abrazas y proteges de lo malo, me besas y me dices que no tema, que siempre estarás, mientras veo como se meten varios peces más adentro del mar.

Comiendo y riendo, nos vamos durmiendo, escuchando las olas chocando cada vez más fuerte, las aguas recorren nuestro camino que está muy cerca de la orilla. No temo, no temo porque sé que esa ha sido y será la mejor noche de toda mi vida.