Querer que me quieras.

Disfrutar.

Hace unos años me topaba con un niño feliz, el cual no tenía preocupaciones en su vida y solo soñaba con ser alguien grande en el futuro.

Cada quien pensó distintas cosas que pensaron posibles, que con el tiempo cambiaron. Nunca llegó a pasar.

Hoy me miro en el espejo de la forma más profunda y aquélla persona que corría gritando: Lo hice! , ya no la veo, no la encuentro por ninguna parte.

Me pregunto a donde se habrá ido de manera tan apresurada. Quizá, se cansó de ver lo negativo que me he vuelto, de observar mis caidas repetitivas y fallar en cada paso que daba.

¿Por qué no te puedo hallar?.

Gritaría con las fuerzas que aún poseo, pero es tanto mi pesar de haberme decepcionado que no puedo. Las palabras solo se ahogan, se me forma un nudo.

Recordando vagamente a cada instante el aroma de esa comida recién hecha por la abuela, gente trepándose por los arboles, ensuciando mi ropa gracias al helado derretido o al yogurt derramado por mis labios.

Recuerdo "tantas cosas", pero ¿Y si las cosas que me hacen bien entonces no son cosas?, entonces, solo me limitaré diciendo que son más que eso.

Buscar la felicidad es como buscar algo estando a oscuras, no se haya totalmente algo que no se puede obtener tan sencillamente.

Quiero vivir, encontrar lo bueno de aquel camino casi sin fin, que me lleva por un rumbo desconocido del cual aprenderé a ser fuerte, a caer y no renunciar.

Veré de cerca esta sociedad retrógrada e insolente, observando las protestas y marchas de mujeres que lo han pasado todo, de gente llena de odio y dolor.

¿Por qué le temo al vivir?

Disfruto de cada historia que aun me queda por contar, del día a dia, no vivo de los recuerdos pero si de quien fui y sigo siendo.

Disfruto porque de eso se trata, de no dar marcha atrás y pasar página así se nuble por ciertos instantes el objetivo final, aunque tenga constantes miedos por luchar.

Disfruto porque amo lo vivido y lo que no, disfruto de observar, de leer. Disfruto de simplemente ser.