Capitulo Cinco: "Señores Gregor"

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Los señores Gregor han tenido la amabilidad de pasar por nosotros al aeropuerto, Grace, como me ha pedido que la llame es realmente encantadora, bastante jovial y divertida, todo lo contrario al señor Gregor quien es igual de intimidante y serio que su nieto, realmente son bastante parecidos y eso hace que puedan llevarse bien aunque sea la primera vez que se ven. Hace unos meses cuando recibíamos la triste noticia de la enfermedad de mi padre, también nos enterábamos de que Ryan al fin había encontrado a sus abuelos, por motivos obvios aplazó conocerlos pero se mantuvieron en contacto todo este tiempo.

El ambiente de camino a casa de los señores Gregor es bastante agradable, Grace me habla con completa confianza y me asombra saber que Ryan les ha contado que estamos casados, cerca de media hora nos demoramos en llegar a nuestro destino, el vehículo se detiene frente a un portón que se abre solo y nos da paso a un hermoso jardín con todo tipo de flores, me maravillo ante la impresionante mansión que se extiende justo frente a mí, bajamos del auto y mi vista recae en las dos mujeres vestidas perfectamente con su uniforme de servicio que esperan en la entrada. Sabía que los señores Gregor eran importantes empresarios pero no había asimilado que me arrastrarían a su mundo lleno de lujos.

- Carmen, por favor que sirvan el almuerzo de inmediato – habla Grace dirigiéndose a la mujer más adulta, la otra parece bastante joven, no creo que sea mucho mayor que yo, me llama la atención lo inquieta que se encuentra con nuestra llegada.

Entramos en el extenso comedor y a pesar de que solo somos cuatro la mesa está llena de copas, platos y cubiertos, Ryan se sienta al lado izquierdo del señor Gregor y yo acompaño a Grace por el lado derecho.

-hemos preparado un departamento para ustedes cerca del centro de la ciudad, pero como Ryan nos ha avisado a última hora que viajarías con él, no lo hemos podido tener listo a tiempo, pero por mientras pueden disfrutar de la comodidad de nuestro hogar, estamos felices de que estén aquí-

-gracias, Grace- Ryan le dedica una encantadora sonrisa y me quedo pegada observando esa faceta tan lejana a mí.

-¿te parece Ryan comenzar a trabajar una vez se instalen y acostumbren a su nuevo departamento? así tienen tiempo de conocer este lugar, les aseguro que hay muchos lugares que valen la pena visitar-

-No creo que sea necesario Jonathan, te puedo acompañar a la empresa mañana mismo- a mí me parecía una excelente idea, tenía en mi lista varios lugares que quería conocer, me reprendo a mí misma y me recuerdo que no necesito de Ryan para hacerlo.

-me gusta tu entusiasmo, pero no puedes descuidar a tu esposa y menos cuando no tienen ni una semana de casados, así que no se diga más- Ryan asiente, sabiendo que es mejor no seguir insistiendo.

Luego de comer Grace toca un pequeño timbre y por la puerta aparece Cristina, la empleada más joven.

-Acompaña a los señores a su habitación-

-Con mucho gusto, si son tan amables de seguirme por favor-

Cristina nos guía por diferentes pasillos de la mansión, su nerviosismo queda a la vista pero trato de ignóralo, al fin nos detenemos frente a una puerta.

-que descansen- se despide Cristina no sin antes dedicarle una extensa mirada a Ryan.

Entro a la habitación la cual es demasiado grande, tan solo al abrir la puerta hay una pequeña salita, y al fondo se ve una gran cama matrimonial, me sonrojo de solo pensar como dormiremos, también hay una puerta que deduzco es el baño. Nuestras cosas ya están aquí e incluso acomodadas perfectamente en los muebles de la habitación, busco entre los cajones mis cosas y saco ropa cómoda con la intensión de tomar un baño, ignorando a Ryan me dedico a hacer lo mío y cuando estoy preparada me recuesto en la gran cama, apenas coloco mi cabeza en la almohada caigo en un reparador sueño.

Despierto un par de horas más tarde justo antes de que Ryan termine una llamada telefónica.

-te dije que es lo más importante, no quiero excusas, la quiero conmigo lo antes posible- quedo confundida ante las palabras y tono de Ryan ¿Quién sería tan importante para que la busque con tanta desesperación? quise fingir que seguía durmiendo pero Ryan se giró tan repentinamente que no me dio tiempo.

-nos esperan para cenar- creo que he dormido más que un par de horas, vuelvo al baño para ponerme algo decente y poder bajar.

-si gustan puedo ser su guía turístico y llevarlos a conocer los alrededores- Grace me mira con tanto entusiasmo que soy incapaz de negarme, no sé qué excusa dará Ryan para no ir con nosotras, pero yo ya me he comprometido.

Luego de la cena acompaño a Grace a recorrer el jardín, ella se encarga personalmente de cuidarlo, eso es algo asombroso debido al gran tamaño y trabajo que requieren tantas flores.

- la última vez que vimos a John estaba de visita en nuestra casa, Ryan tendría unos dos años, era el niño más encantador que puedes imaginar, cuando se fueron esta casa no volvió a ser la misma, se sentía apagada y nos recordaba una y otra vez lo sucedido, formar este jardín fue mi gran consuelo, le he dedicado todo el amor que no pude darle más a mi hijo y mi nieto. Por suerte eso ha cambiado y tengo la fortuna de tenerlo aquí nuevamente, por cierto, Ryan me ha contado lo de tu padre, realmente lamento tu pérdida-

La melancolía viene a mí al recordar a papá, de seguro se hubiese llevado bien con Grace, él amaba las flores, decía que le recordaban a mamá.

-Gracias, ha sido muy duro perderlo-

Volvemos a la mansión y pasamos a una elegante sala, tomamos un té y anotamos los lugares a los que iremos los siguientes días.

Para cuando subo a la habitación el sol ya se ha escondido completamente, Ryan se encuentra leyendo un libro metido en la cama, miro hacia cada rincón esperando ver aparecer otra cama por arte de magia, pero eso no sucede.

-¿te quedaras allí toda la noche?-

-quizás-

-deja de darle vueltas al asunto, siéntete privilegiada de ser la primera mujer con la que pasaré la noche-

-no sea mentiroso-

-es verdad, siempre me voy antes de que amanezca- me dedica una media sonrisa, intento que eso no me afecte, pero lo cierto es que su media sonrisa me descoloca, le lanzo un cojín en la cara que esquiva fácilmente.

-Tu vida sexual no me interesa-

-no sea tan dramática, como si fueses nueva en esto- siento como si indirectamente quisiera preguntar algo con aquella frase, opto por ignorarlo y me escondo en el baño, sé que exagero al ponerme unas calzas debajo de mis típicas sudaderas para dormir, pero siento que mis nervios se relajan al estar completamente cubierta.

-Tendrías la decencia de ponerte una camiseta para dormir, por favor-

-si lo hago ¿dejaras de molestar?-

-claro- y aunque fue bastante absurda esta conversación es hasta ahora la más larga que hemos tenido.

Cuando estamos los dos metidos en la cama, está ya no me parece tan grande, debido a mi extensa siesta no soy capaz de conciliar el sueño, luego de contar mil ovejas me resigno y opto por tomar mi celular, la extraña conversación de Ryan por teléfono viene a mi mente y la curiosidad vuelve a mí, justo en ese momento Ryan comienza a moverse inquieto, creo que está teniendo una pesadilla, dudo si despertarlo o no, pero se tranquiliza en solo unos segundos, lo observo un momento más y soy testigo de cómo sus labios se mueven llamando a una tal "Ema".


Corazón en Bruto (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora