Lluvia

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Estos versos eran para que supiera que así como la lluvia llena los estanques, su presencia llenó mi vida.  Cual tierra árida y seca estaban mis emociones, y él fue como agua en el desierto.  Su sonrisa se volvió mi alegría; su llanto se volvió mi tristeza; su canto fue mi canción y su mirada fue mi lucero en la mañana. 

No me enseñaste a reír en tu ausencia. Tampoco dijiste que dolería tanto tu partida.  No me enseñaste a cantar sin tu voz, mucho menos a llorar sin tu llanto, ni a sentir la mañana sin tu mirada.

¿Cómo le sonrió a las flores?
Si te llevaste la razón de mi alegría.
"No me afecta" causó dolores,
Que han provocado la sequía

Llegaste cual viento sin rumbo
Alborotando todo a destiempo.
Dormido, despierto, contra ti lucho.
Si digo que te venzo, miento.

Le conté al mar en su braveza.
Me dijo: "Mira al horizonte.
Anhelo tocar el cielo y su pureza.
Imposible, así son las perfecciones".

Miré las nubes y algo pensé:
¿Presente pareciendo ausente?
¡No es momento, desperté!
Seguí mi camino, fiel sapiente.

Sin embargo, todo sapiente sabe que hacer, momento de seguir el camino aunque aquella persona te haya enseñado de todo, menos a olvidarla. 

De Vita dijo: "Para olvidar... hay que tener mala memoria".  Pues después de conocerte sería una utopía decir "olvídalo", que no te conozco.  Siempre estarás en mi recuerdo, ese que prefiero conservar, imaginando lo lindo que pudo ser y no fue.

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