Miraba la pantalla del televisor que informaba todo lo que había pasado.
Un huracán había azotado el país en el que se encontraba Alicia y todos los vuelos habían sido suspendidos hasta nueva orden.
Estaba que me llevaba el diablo.
Ella no había podido viajar por ese problema y desde que respondió mi mensaje, habían pasado cuatro días. Cuatro días en los cuales Alfonso estaba con Amaya. Haciéndole quién sabe que.
La mente me estaba jugando una mala pasada y no podía seguir así.
Me iba a volver loco.
Grité de desesperación y arrojé el vaso, con el ron que estaba tomando, al suelo.
Yo había cuidado de Amaya desde que la rescatamos en el río.
Lo peor que pude haber hecho fue decirle a Alfonso que había encontrado a "Alicia"Negué con la cabeza y traté de no pensar.
****
Miré a Alfonso venir hasta la cama con el bebé en brazos.
-Él dice que estás muy bonita hoy- sonreí y desvié la mirada.
Estiré mis brazos, le tocaba comer a mi bebé.
Él me trajo al bebé y yo procedí a alimentarlo.
-Él es un bebé muy afortunado y yo también soy afortunado porque estás aquí conmigo - dijo besando mi pierna.
-Me gusta estar aquí- él sonrió.
Parecía complacido.
-A mi también - se acomodó mejor en la cama y me miró a los ojos un rato.
-Gracias por traerme aquí- sonreí.
-Gracias a ti, por aceptar venir - acarició mi pierna.
Y se acercó un poco más.
Verlo así de pensativo me hacía sentir mal.
El festival que habíamos organizado terminó terriblemente.
Alfonso terminó destrozado, todos sus trabajadores le habían gritado que siempre fue la vergüenza de su padre y que terminó siendo un traidor.
A mi no me bajaron de mujerzuela y hasta dijeron que el bebé era un bastardo.
La gran mayoría de los trabajadores renunciaron ya que decían que no iban a trabajar para él.
Una vez solos y a puertas cerradas, fui testigo de la furia, el odio, pero sobretodo, el dolor de Alfonso y me sentí todavía peor al saber que por mi culpa todo había terminado así.
No supe qué me motivó, pero me acerqué a él y coloqué mi mano sobre la suya y cuando él me miró a los ojos, sentí que perdía el aliento.
-Vámonos de aquí- me quedé sin palabras.
-Yo... - él se puso de pie.
-Vámonos, tu, yo y el bebé... no quiero estar aquí ni un segundo más- escuchar su voz tan triste y entrecortada, hizo que respondiera.
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Serie Inocente #4: Cautiva Inocencia.
RomanceElla no recuerda nada de su vida antes de despertar del coma y ni siquiera sabe su nombre ni que está casada y tiene un hijo con él. Él, no está muy contento con ella ya que la acusa de haber destruido a su familia y está dispuesto a hacerle paga...