Sentí que era envuelta entre los brazos de Alicia.
-¿Dónde está mi bebé? - pregunté nuevamente.
-Amaya... tu hijo... ¡Ay, Dios!- el dolor se esstaba haciendo paso dentro de mi. -. Amaya... tu bebé murió - la aparté de mi como pude. No, no podía ser.
-No... ¿Cómo? -tuve que sentarme y me refugié entre los brazos de mi padre.
-Su padre lo mató- el aire empezó a faltarme. Negué con la cabeza.
-No... no, no- sollocé con fuerza y luché para alejarme de mi padre, pero él me inmovilizó. Al sentirme cautiva empecé a gritar.
-¡Yo quiero a mi bebé! ¡Suéltame! No... - luché por apartarme, pero no lo conseguí.
-Murilo por favor, dale algo para que se calme - forcejeé mucho más, pero me sostuvieron con firmeza y el pinchazo no lo pude evitar.
Poco después caí en la inconsciencia.
***
No podía creer lo que había pasado. Toda mi tranquilidad se había venido abajo gracias al idiota de Murilo.
-Hay que llevarla arriba- comentó la zorra que Amaya tiene por hermana y que para mi desgracia es mi esposa.
¡Maldita sea!
Necesitaba hablar con Amaya y que me escuchara. Pude notar que estaba avergonzada y que no miraba a su hermana a los ojos.
Me acerqué a mi mujer y la iba a tomar en brazos cuando Murilo me apartó de un empujón.
-Aléjate de ella. ¿No tienes suficiente con haberla violado? - el padre de Amaya me tomó por las solapas de mi camisa.
-¿Tú violaste a mi hija? - tomé las muñecas del señor Alexandre y aparté sus manos de mi.
-¿Te atreviste a tocar a mi hermana? - Alicia apartó a su padre y me plantó tremenda bofetada.
Cuando la miré a los ojos, furioso, ella retrocedió asustada.
-No me vuelas a tocar en tu vida - siseé. Respiré profundamente y miré al padre de la mujer que amaba.-Yo no he abusado de su hija. Si quiere, pregúntele a Amaya - aseguré. Él no me creyó. Lo vi en sus ojos.
- Serán peras o manzana, pero si me entero de que tu te atreviste a tocar a mi hermana, acabo contigo - amenazó.
Murilo tomó en brazos a mi Amaya y fui detenido por Alicia cuando intenté acercarme.
-No te acerques a mi hermana - vi al señor Alexandre y me percaté de que estaba observando al pequeño Alfonso.
Mi hijo.
Él bebé estaba asustado por todos los gritos y Leticia trataba de consolarlo.
Me acerqué a ella y tomé a mi hijo en brazos.
Él bebé se acurrucó contra mi cuando me reconoció.
-Ven, mi pequeño - sentí que tocaban mi espalda y me tensé.
-Voy con Amaya- me dijo Lety y yo asentí. La vi marcharse.
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Serie Inocente #4: Cautiva Inocencia.
Любовные романыElla no recuerda nada de su vida antes de despertar del coma y ni siquiera sabe su nombre ni que está casada y tiene un hijo con él. Él, no está muy contento con ella ya que la acusa de haber destruido a su familia y está dispuesto a hacerle paga...