Capítulo 4:3

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Sentí que era envuelta entre los brazos de Alicia.

-¿Dónde está mi bebé? - pregunté nuevamente.

-Amaya... tu hijo... ¡Ay, Dios!- el dolor se esstaba haciendo paso dentro de mi. -. Amaya... tu bebé murió - la aparté de mi como pude. No, no podía ser.

-No... ¿Cómo? -tuve que sentarme y me refugié entre los brazos de mi padre.

-Su padre lo mató- el aire empezó a faltarme. Negué con la cabeza.

-No... no, no- sollocé con fuerza y luché para alejarme de mi padre, pero él me inmovilizó. Al sentirme cautiva empecé a gritar.

-¡Yo quiero a mi bebé! ¡Suéltame! No... - luché por apartarme, pero no lo conseguí.

-Murilo por favor, dale algo para que se calme - forcejeé mucho más, pero me sostuvieron con firmeza y el pinchazo no lo pude evitar.

Poco después caí en la inconsciencia.

***

No podía creer lo que había pasado. Toda mi tranquilidad se había venido abajo gracias al idiota de Murilo.

-Hay que llevarla arriba- comentó la zorra que Amaya tiene por hermana y que para mi desgracia es mi esposa.

¡Maldita sea!

Necesitaba hablar con Amaya y que me escuchara.  Pude notar que estaba avergonzada y que no miraba a su hermana a los ojos.

Me acerqué a mi mujer y la iba a tomar en brazos cuando Murilo me apartó de un empujón.

-Aléjate de ella. ¿No tienes suficiente con haberla violado? - el padre de Amaya me tomó por las solapas de mi camisa.

-¿Tú violaste a mi hija? - tomé las muñecas del señor Alexandre y aparté sus manos de mi.

-¿Te atreviste a tocar a mi hermana? - Alicia apartó a su padre y me plantó tremenda bofetada.

Cuando la miré a los ojos, furioso,  ella retrocedió asustada.
-No me vuelas a tocar en tu vida - siseé. Respiré profundamente y miré al padre de la mujer que amaba.

-Yo no he abusado de su hija. Si quiere, pregúntele a Amaya - aseguré. Él no me creyó. Lo vi en sus ojos.

- Serán peras o manzana,  pero si me entero de que tu te atreviste a tocar a mi hermana, acabo contigo - amenazó.

Murilo tomó en brazos a mi Amaya y fui detenido por Alicia cuando intenté acercarme.

-No te acerques a mi hermana - vi al señor Alexandre y me percaté de que estaba observando al pequeño Alfonso.

Mi hijo.

Él bebé estaba asustado por todos los gritos y Leticia trataba de consolarlo.

Me acerqué a ella y tomé a mi hijo en brazos.

Él bebé se acurrucó contra mi cuando me reconoció. 

-Ven, mi pequeño - sentí que tocaban mi espalda y me tensé.

-Voy con Amaya- me dijo Lety y yo asentí. La vi marcharse.

Serie Inocente #4: Cautiva Inocencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora