ℤ𝔼𝕌𝕊 | 𝘟-𝘮𝘦𝘯

2.

— ¿Estás nervioso?—preguntó Daenerys, entrando a la habitación de Charles sin preguntar si podía.

— Sabes, la gente normal toca antes de entrar.—dijo él, girándose a verla.

El futuro profesor acababa de salir de bañarse. Por lo que tenía el pelo mojado y alborotado, con la camisa puesta pero sin abotonar, con todo el pecho expuesto.

La castaña no pudo evitar notar eso.

— ¡También pudiste haberme dicho que te estabas vistiendo!—espetó nerviosa, dandole la espalda, ya que no quería que notara sus mejillas rojas.

— Bueno, si hubieras avisado...—escuchó que se reía— Ya puedes voltearte.

Se giró lentamente, notando que ya no tenía ninguna parte de su cuerpo expuesta. Pero tenía mal acomodada la ropa.

— ¿Nervioso?—repitió, acercándose a su amigo para poder acomodarle el cuello de la camisa.

— No.—se rió torpemente— ¿P-por qué dices eso?

— Porque el Charles que yo conozco, está vestido impecablemente. Y hoy amigo mío, parece que alguien te ha asaltado.—soltó una pequeña risa que no tardó en contagiarle.

— Parece que no puedo ocultarte nada.—murmuró, sus rostros a sólo unos centímetros del otro.

— Nunca te atrevas a hacerlo.—murmuró de vuelta, sin poder evitar ver sus labios.

Hizo lo mismo que ella.

— Créeme, el asunto de la graduación no es lo que me tiene nervioso en estos momentos.

— ¿No estás nervioso por el hecho de que hoy te convertirás finalmente en profesor?—se burló Daenerys— Dime Charles, ¿qué a podido lograr capturar esa impecable concentración?

El telepático estaba por contestarle, cuando la puerta de la habitación se abrió estrepitosamente. Los mutantes del ver que era su amiga Raven, se separaron abruptamente.

— ¡Te he estado buscando por todas partes D!—replicó la rubia tomando la mano de su amiga para alejarla— Bueno, si ya no la necesitas Charles...

Charles miró de inmediato a Daenerys sin saber por primera vez qué decir exactamente.

— Gracias, Dae.—dijo, sintiéndose torpe por no poder decir otra cosa, pero recibiendo una mirada cálida por parte de su amiga.

Raven guió a su amiga hasta su habitación para así poder arreglarla como si fuera su muñeca preferida.

— Raven, espero estés consiente de que no te dejaré que me vistas como una prostituta.—comentó Daenerys al ver que su amiga no dejaba de ponerle montones de productos en la cara.

— ¿Ni siquiera como una prostituta cara?—la seriedad de Raven hizo que Daenerys se girara de inmediato hacia el espejo.

Su amiga obviamente soltó una carcajada al ver que la cara de Daenerys palideció.

La castaña respiró al ver que en realidad Raven había hecho un gran trabajo pues lucía bien y no parecía prostituta.

— Sé lo que estás pensando D.—dijo Raven al notar que su amiga estaba muy pensativa— Charles no podrá quitar la vista de ti.