11┇ONCE

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❝Nuevas personas 1/2

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Nuevas personas 1/2.


Mi vista capto dos pares de zapatos que se acercaban a mí. Pude observar por la poca luz que había a un chico de cabellera roja, que me miraba con sus ojos miel y bordes anaranjados, sobre leves ojeras. Se agachó a mi altura, quitando con su dedo índice la poca sangre que había en mi rostro, miraba atentamente todo mi cuerpo, mientras sus finos labios formaban una mueca de dolor. Quizás le dolía más a él mis golpes que a mí.

— ¿Estas bien? ¿Te hicieron algo? —preguntó con preocupación. Como respuesta le señale los moretones y algunos cortes que había en mi torso, mientras luchaba por quedarme consiente—. Hay que llevarla...

En ese momento no pude seguir escuchando, sus voces quedaban muy lejanas que parecían zumbidos en mis oídos. Todo daba vueltas hasta que mis ojos se cerraron de lo pesados que se sentían. ¿Quiénes eran? ¿Serán del grupo de mi padre?

Minutos después, se escucharon varias voces apenas audibles, abrí lentamente un ojo, para ver donde me encontraba. Era una habitación de una niña, tenía algunos peluches muy bien cuidados, una mesa de luz a la izquierda de la cama y un ropero a la derecha. Las paredes tenían un blanco desgastado por lo años y un mini espejo al frente. Mire mi cuerpo y estaba llena de vendas ¿Quién me curo?

En eso abren la puerta y aparecen dos cabezas. Una pequeña niña cerca de unos ocho años, rubia con ojos enormes verdes y el pelirrojo de antes, ambos mirándome con curiosidad.

—Nee, ya se despertó nano—comentó con un acento inocente.

La niña abrió toda la puerta bruscamente, tirando al joven para proseguir a saltar a la cama en donde me encontraba.

— ¡Hola! Me llamo Adelaida y bienvenida a mi habitación—dijo con una enorme sonrisa y extendiendo ambos brazos.

—Ada, todavía está recobrando el sentido, no seas extrovertida—dijo el pelirrojo levantándose—. Buenas, disculpa a la pequeña, siempre ha querido una chica en el grupo.

—Soy Rin, ¿Qué es eso de grupo?

La pequeña sonrió de oreja a oreja, mientras me sentaba en la cama.

—Nee, es un ammm ¿conjunto? De personas ¡chulas!—comentó.

—No uses esos términos raros. —Suspiro vencido el pelirrojo—. Me llamo Tsubasa, te encontramos tirada en un callejón a punto de ser asesinada y como estabas muy grave, te trajimos. Por alguna rara razón te pareces a un chico que conocí. —Me cubrí con la bufanda las leves heridas de la cara—. Lo siento por ver cosas que no debía—comentó refiriéndose a las marcas, quizás a la flor de mi espalda.

— ¿Qué cosas prohibidas veías? —Llego un chico por la puerta con una toga larga hasta los pies y tenía puesta una capucha de esta misma, cubriendo su cara—. No me digas que volviste a la rebeldía, ¿Cierto noona?

—Déjate de bromas y preséntate.

El chico asintió con una risa burlona. Bajo su capucha rebelando a un atractivo rubio de ojos azules y con una mirada coqueta.

—Veo que tienes buenos gustos noona. Pero, aunque su atractivo me interese, ¿Para que la trajiste? Esa chica es la hermana, novia o lo que sea de Levi o cómo se llame.

Baje la mirada al escuchar ese nombre, los extraño tanto. Necesito cada personalidad de ellos después de tantos años.

Un suspiro escapo por mis labios de forma efímera. Fruncí el ceño al recordar aquella vez que Levi me agarro de la cintura al caer, ¿Por qué recordaba eso ahora?

Volví mi vista hacia el rubio, aquella túnica carmesí opaca me recordaba ese momento. Quizás sea el joven que vi antes de caer, ¿Ellos eran las personas que Levi miraba fijamente? ¿Tenían algo que ver con él?

Miré mis manos, toda mi cabeza estaba hecha un lío. En cierta forma, todo empezaba a ser de forma heterogénea.

Abrí de forma sorpresiva los ojos, al sentir el cálido tacto humano en mi cuerpo.

—Nee, ya heriste a nuestra nee-cha ¡Discúlpate! —exclamó abrazándome la pequeña.

—Vale, vale. Lo siento. Me entere lo que les paso pero, si eran tan unidos todos ustedes, ¿Por qué se llevaron a los demás y no a ti?

Mire fijamente sus orbes azules. Recordar ese momento, me hacia sentir como una traidora por dejarlos. Trague duro mientras buscaba la respuesta.

—No sé por qué se los llevaron.

Con mi uña empecé a sacar la cáscara que tenia en mi brazo por una lastimadura. Trataba de no mirar nuevamente sus rostros, tenía miedo que esta gente me haga algo o use para algo, por haberme salvado la vida.

La pequeña acarició suavemente mi antebrazo, la mire de reojo de forma automática. Tenía una sonrisa sincera y tranquila. Le devolví el gesto, mirando el espacio que tenia entre sus dientes, le faltaba el incisivo.

—Nee, tranquila nee-cha ¡Nos tienes a nosotros! —dijo feliz Ada.

—Ada ve por algo de comer para ella.

La nombrada formo un puchero con sus labios. El de cabellos rojizos la miro con reproche, para así hacerla asentir con molestia, cosa que me dio gracia en ese momento al verle los mofletes. Luego que la niña desapareció, un miedo nació en mi boca del estómago, formando una atmosfera incomoda.

—No te haremos nada, ¿No? —Tsubasa miro de reojo al rubio como cómplice.

— ¿Per...? Tsk, está bien no le haremos nada—comentó de mala gana—. Pero no sé si los demás la reciban con los brazos abiertos noona—dijo acentuando el apodo con una especie de gruñido.

— ¿Qué significa noona? —pregunto de forma pausada, la curiosidad me carcomía por dentro.

—Es un estúpido nombre que me puso para molestarme.

Una sonrisa inundo en la cara del mayor, al tiempo que llegaba la pequeña niña con dos panes en rodajas cubiertos de mantequilla. Uno a medio comer, ya que tenía evidencia entre sus comisuras.

—Gracias—respondí al mismo tiempo que recibía el pan entre mis dedos.

Tenía una consistencia muy blanda, no como las que Levi o Farlan robaban. Si no, como algo casero, hecho hace unos segundos. Sonreí a la pequeña que me miraba de forma expectante, se sentó a mi lado terminando su pan con gusto.


Caught ❥ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora