22┇VEINTIDÓS

6.3K 670 290
                                    

❝Expedición 1/3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Expedición 1/3.


Habían pasado exactamente una o dos horas, desde que Levi había apagado la vela. El insomnio no me dejaba dormir, pensando en las posibles cosas que podían pasar. Como despertar de nuevo atada en la cama, encontrándome que toda esta vida era un sueño, teniendo la desdicha de que me encuentren o eso pasara.

Pero esos no eran mi más gran preocupación.

Giré mi mirada, encontrándome con la cara del de cabellos azabache en mi hombro, su brazo derecho me rodeaba la cintura, mientras que el izquierdo se encontraba como almohada en su cabeza.

Tragué duro viendo sus labios pálidos, estaban entre abiertos, mientras respiraba de forma tranquila y lenta, causando cosquilleo en mi cuello. Bajo sus ojos cerrados tenían leves ojeras, que hacían pasar desapercibido sus largas pestañas. Sus piernas se encontraban enredadas con las mías, dejándome inmóvil en el lugar, siendo un peligro si quisiera ir al baño.

Sentía nervios haciendo tensar mi cuerpo, ¿Quién no lo estaría? si la persona que me gustaba, por el momento de hormonas, estaba a mi lado.

—Rin...

Escuche su voz somnolienta, estaba algo ronca y pesada. Mis pelos se pusieron como punta, ¿Se había dado cuenta que estaba despierta? Estaba por cerrar los ojos, haciéndome la dormida.

—T-Te...

¿Té? Fruncí el ceño, viendo que seguía dormido. Hasta en los putos sueños pide té.

—Yo te...

Esperen... ¿Dirá lo de las novelas románticas? ¿Se me declarara? Sonreí, esperando aquellas ansiadas palabras. Si lo hacía ¿Cómo debía tratarlo o cuántos hijos tendríamos? ¿Me pedirá matrimonio? Estaba que pateaba de felicidad, ya me estaba haciendo nuestro futuro.

—Yo te alcanzo el producto...

A la mierda las esperanzas, los hijos y casamiento.

Después de eso no hablo más, o bueno, yo me quede dormida de forma desganada, después de su petición al pasarme el producto.

Empecé a moverme de un lado a otro en la cama, mis brazos buscaban el cuerpo ajeno, esperando encontrarlo allí. Pero no estaba. Abrí un ojo, encontrándome la luz de sol atacarme como si fueran cuchillos.

— ¡Mis ojos! —exclamé adolorida.

Al parpadear varias veces, pude encontrarme que seguía en la cama, con las colchas en el suelo y mi cuerpo tirado boca abajo como estrella o eso se suponía.

¿Levi se habrá ido a hacer su papeleo?

Suspire sin ganas de levantarme, dos voces gruesas apenas se escuchaban al otro lado de la puerta. Como buena persona que respeta la privacidad de los demás, me paré y acerqué con cautela a la puerta que conectaba a su oficina. Allí mismo observé a través de la efímera abertura al comandante, parado con los brazos cruzados en su pecho, manteniendo su postura con superioridad, mientras su ceño fruncido se dirigía al moreno que daba pasos bruscos y toscos por la madera del suelo.

— ¡Ya te dije que no ira! —exclamó Levi, prosiguiendo a golpear algo.

Por la escasa visión que tenía, observé unos leves papeles caer a pies del rubio, el cual ni se inmuto por ver.

—Esto es la Legión de reconocimiento, deberá ir quiera o no —ordenó.

Hubo varios minutos de silencio, en los cuales trate de ni siquiera respirar. Proseguí a tapar con ambas manos mi boca y nariz. Aquel ambiente de tensión me ponía nerviosa, haciendo que mi corazón retumbe contra mis oídos y mis piernas temblaran. Me matarían si saben que estaba espiando y peor si me encontraban con la camiseta que casi mostraba el trasero, en la cama del capitán.

Escuche cómo un cuerpo se sentaba en una silla, bufando levemente. Destapé mi boca al escuchar la madera sonar contra el marco, avisando la retirada del joven rubio.

Mis pies no dudaron de caminar hacia la silla, donde se encontraba mi uniforme, empezando a ponérmelo de forma rápida.

— ¡Buenos días! —exclamé sonriente.

Mis pasos resonaron en la madera, al salir de la habitación. Me coloque la bufanda al sentir el frio ambiente del lugar, esperando su respuesta con la misma alegría que yo.

—Buenos días —comentó con evidente indiferencia—. Prepárate, tenemos que salir a una expedición, ahora.

Asentí nerviosa. Él se encontraba sobando sus ojos con el pulgar e índice, mientras mi mente vagaba al acontecimiento de ayer a la noche. Aquello produjo un sonrojo en mi rostro, haciendo que ladee la cabeza como si tuviera pulgas. Me encontré nuevamente con su mirada, pero esta vez llena de confusión, tratando de adivinar qué me pasaba por la cabeza, con una ceja alzada adornando su rostro. 


Caught ❥ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora