*Ganadora de los Wattys 2018 en la categoría "Los Héroes"* Por accidente, Zaid descubre una espiral que lo transporta al pasado, donde lo espera el amor de la joven Gracia. Juntos deberán enfrentarse a algunos obstáculos, mientras sus amigos del pre...
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18 de Febrero de 1614
—¿Es éste el lugar del que hablabais? —preguntó Pedro, el padre de Ana.
Habían llegado justo al sitio en que Zaid había despertado seis días atrás.
Era una mañana con un cielo blanco ocasionado por las nubes, el baterista estaba agradecido de que al menos no estuviera lloviendo y hubiera algo de reflejo de luz solar. Pedro había prestado su propio caballo a Zaid para que éste no tuviera que irse con su hija. Habían dejado a Ana en la mansión para que fuera con Gracia y la pusiera al tanto, mientras los dos hombres iban a buscar respuestas al bosque.
—Aquí es —Asintió el muchacho.
Recordaba el día en que había despertado en esa época... parecía tan lejano.
El padre de Ana, sin decir nada, comenzó a observar el lugar. Miraba en todas direcciones, tocó cada árbol alrededor, zapateó encima de la tierra, se agachó a tocar el suelo...
Zaid lo miraba extrañado, pero no habló... seguro ese hombre sabía lo que hacía. El chico vio que Pedro recogía algo del suelo y lo miraba contra la luz.
—Hmmm... Qué extraño —susurró.
—¿Qué?
—Aquí hay una piedra que no reconozco como oriunda de la región—respondió el hombre.
Zaid se acercó para ver de qué hablaba. Sostenía una minúscula piedra parecida a un cristal. Era color azul.
El chico, rápidamente recordó un gran cristal azul que encontró al despertar aquel día. Lo había metido a su mochila. Rápidamente se la descolgó de los hombros y comenzó a buscarlo. Debería estar en una de las bolsas o compartimentos.
—No está —dijo asombrado.
Pedro lo miró sin comprender.
—¿Qué es lo que no está?
—Cuando aparecí aquí, tenía un cristal abajo de mí igual a ése pero mucho mayor, parecía un hielo en forma de rombo y era del mismo color.
—Tal vez no la habéis guardado —sugirió.
Zaid recordaba perfectamente haberlo hecho, puesto que le había parecido muy bonito.
—Sí, estoy seguro de haberlo guardado, pero luego me metieron al calabozo y me quitaron las cosas que llevaba...
Guardó silencio. Recordó que Connor le había quitado la mochila y luego éste se la había entregado a Gracia. O ella tenía el cristal, o Connor lo había sacado antes.
—Alguien lo tomó —concluyó.
Pedro lucía incrédulo, luego sacudió la cabeza
—Sin cristal estamos faltos de información, justo como al principio y me temo que no me será posible ayudaros.
