Capítulo 23

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18 de Mayo de 2021

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18 de Mayo de 2021

Max entró en su departamento, echó el cerrojo y fue directo a la cocina. Se lavó las manos, preparó la cafetera con ese café que olía tan delicioso a avellanas y mientras tanto fue a cambiarse la ropa de oficina por algo cómodo para estar en casa. La cafetera comenzó a hacer esos ruidos extraños que avisan que el café está casi listo y se le hizo agua la boca. Corrió hasta ahí y sacó una taza para verter el líquido negro. Se apresuró a beber, pero se quemó la lengua.

—Argh —gruñó Max—. Estúpido vicio —masculló.

Cuando dejó de beber alcohol, comenzó a sustituirlo por café. Ahora se sentía ansioso por la necesidad de cafeína, pero bueno, al menos no se convertía en un idiota bajo los efectos del alcohol.

Tomó la taza caliente entre sus manos, y se la llevó a la sala de estar. Tomó asiento en esa silla reclinable que tanto le gustaba, era color negro y sentía que desde ahí, su hombría se hacía mucho más visible, aunque no hubiese nadie para verla. Su esposa lo había dejado cuando Max fue completamente controlado por el alcohol. No la culpaba, la última vez que bebió sin control, había despertado sin recordar qué había hecho y, al ver a su esposa, ésta llevaba marcas y moretones en la piel por causa suya. Él supo que la había perdido cuando quiso acercarse para pedirle perdón y ella lo miraba con esos ojos que le advirtieron que no permitiría que la tocara nunca más.

Un vicio por otro, al menos el café era menos dañino.

El reloj del muro hizo un par de bips anunciando que ya habían dado las ocho de la noche, así que se acercó a la ventana. A esa hora solía mirar hacia afuera porque pasaban muchas personas por la calle, hasta había comprado un telescopio que usaba para observarlas mejor. En lugar de ver televisión, se entretenía en eso luego de llegar del trabajo. Había encontrado que era una actividad relajante y que además, podía hacer sin que nadie se diera cuenta.

Desde que había rentado ese departamento había agradecido que la Avenida Chapultepec estuviera a unas pocas cuadras, porque allí iban personas de diversas nacionalidades: mexicanos, americanos, brasileños, italianos, africanos... por ser un punto turístico en la ciudad para ir por un café o una cerveza, los fines de semana se congregaba aún más gente. A través de su telescopio lograba ver a todo el que pasara.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora