Cap 9: "Confesión y Despedida"

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A la mañana siguiente Seika no desayunó por ir al hospital. Mino preguntó que para donde iba a lo que Seika solo respondió que necesitaba una caminata. Una parte de ella quería avisar a su amiga sobre la noticia de la no muerte de Seiya, pero prefirió guardar el secreto...por el momento

Frente a la entrada del hospital Seika lo pensó dos veces antes de entrar. Estaba asustada pues ver a su hermano luego de tanto tiempo en un estado crítico como lo mencionó el doctor era para valientes y aunque ella no se consideraba de ese modo su deseo por encontrarse con su única familia pudo más que el miedo

Ella preguntó en recepción para saber en que habitación se encontraba su hermano y la enfermera en turno no supo que decirle ya que la señorita Saori había advertido que cualquiera que preguntase por el estado del caballero de pegaso debía ser notificado al señor Tatsumi o a su persona

—Lo sentimos, no tenemos a ningún Seiya registrado acá —afirmó la enfermera pues no deseaba tener problemas

—¡Eso no es posible! —protestó Seika confundida—. ¡Esta mintiendo! Yo hablé con el doctor anoche, dijo que mi hermano se puso grave y estoy aqui para verlo

La enfermera odiaba mentir, pero eran ordenes de sus superiores y no podía desobedecerles

—Cálmese señorita, como le dije no tenemos a ningún Seiya registrado acá —volvió a mentir

Los ojos de Seika se humedecierón al escuchar esas palabras. Nadie la apoyaba, nadie la entendía. Estaba sola, ¿por qué no le dejaban ver a su hermano sí estaba vivo? ¿por qué Athena decidió ocultarle la verdad? ¿¡por qué!?

De todas formas ella no iba a rendirse, dejó el piso de recepción y subió escaleras arriba para llegar a las demás salas del hospital. A cada doctor que encontró en su camino, preguntó si conocían a Seiya, sin embargo ninguno le respondió con honestidad

Por otra parte, en el primer piso la enfermera sentía pena por aquella joven. Estaba segura que subió las escaleras para buscar al tal Seiya de Pegaso, pero sabía que no llegaría a encontrarlo. Después de todo, él había sido dado de alta por la madrugada

Ya no estaba aquí y la búsqueda de aquella joven era una pérdida de tiempo.

***

En Siberia, el caballero del cisne se preparaba para volver al santuario. Lo había pensado toda la noche y decidió que era lo mejor. Después de todo, lo más probable era que encuentre las respuestas que necesitaba allá, con el cloth del cisne colgando en sus hombros se despidió de los aldeanos y agradeció por recibirlo en la pequeña cabaña

Sin embargo, Hyoga sentía que le faltaba despedirse de alguien. Y ese alguien era Naira. ¿Dónde estaría ahora? Al no contar con el tiempo suficiente para buscarla decidió hacer un intento y de esa manera se dirijió a la cueva impenetrable de hielo, era su única opción además que se ubicaba por el camino que debía seguir desde un principio

Como si todo estuviese planeado o destinado a ser la joven Naira se encontraba en la entrada de la cueva esperando al caballero del cisne

—¿Viniste a despedirte? —preguntó

—Asi es —afirmó el cisne—. Volveré al santuario

—Sabia elección —Naira sonrió con orgullo—. Significa que comprendiste el mensaje

—A decir verdad, no del todo —admitió Hyoga rascándose la nuca—. Se que el mensaje habla de Seiya y que esta en peligro. Aunque no comprendo sobre que peligro hablas sí él esta recibiendo tratamiento médico en Oriente

Naira niega rápidamente

—Te equivocas, los humanos no pueden ayudar a Seiya. Él se encuentra ahora en un limbo, entre la luz y la oscuridad. Yo...traté de ayudarlo, pero la energía que yace dentro de él me lo impide

—¿Qué es lo que sabes Naira? —inquirió confundido. Todo apuntaba a que ella sabía algo, y ese algo era muy importante y vital para el destino de su amigo

Por su parte la chica estaba decidida a confesar la verdad de una vez por todas. Estaba consciente que Hyoga la odiaría después de esto, pero a estas alturas no le importaba pues no le quedaba mucho tiempo

—Cuando el señor Hades perdió la guerra santa contra Athena y se produjo el temblor hubo un desequilibrio total entre los campos eliseos y el inframundo. No recuerdo mucho de ello, pero sé que de alguna forma mi alma terminó en la entrada al inframundo. En la colina del Yomotsu

—¿Cómo es eso posible? —Hyoga estaba más confundido que antes, no recordaba haber visto a Naira antes, la primera vez que la vió fué aqui en la tierra

—Sé lo que piensas, no puedes ubicarme en los campos eliseos por una simple razón, nunca nos vimos. Sin embargo si conocí a Seiya. No lo ayudé en ese entonces y huí como una cobarde. Ahora deseo ayudarlo, pero como dije la maldición del señor Hades me lo impide.

Hyoga asimiló la respuesta de Naira con gran rapidez

—¿Eres una ninfa de Hades? —cuestionó sorprendido y algo decepcionado

Ella asintió

—Te decepciono, ¿verdad?

El caballero del cisne no supo que responder. No deseaba herir sus sentimientos, pero tampoco tenía corazón para decir la verdad o en todo caso disfrazarla

—La guerra acabó, ya no eres mi enemiga —declaró Hyoga con franqueza—. Ahora explícame eso de la maldición de Hades

Naira no pudo responder ya que se derrumbó en el piso a punto perder el conocimiento. Su vista era borrosa y sentía que las fuerzas la abandonaban

Hyoga fué en su ayuda y se arrodilló junto a ella

—¿Qué te pasa Naira? ¿Qué tienes? ¿Puedes escucharme? —preguntó angustiado

—No pensé que terminaría así...—balbuceó respirando entrecortadamente—. Tal parece que mi espíritu esta empezando a rechazar este cuerpo, pronto me habré ido y dejaré de controlar a esta chica

Hyoga dedujo que ella se refería que al estar muerta no podía volver al mundo de los vivos, y que si deseaba hacerlo debía reencarnar en otro cuerpo y tal parecía que dicho cuerpo estaba empezando a rebelarse

Entonces, ¿eso quería decir que la verdadera apariencia de Naira era otra? ¿La chica que tenía en frente era solo un títere como Shun lo fué un tiempo para el dios del inframundo?

—¿Qué pasará contigo? ¿Qué pasara con esta chica y con Seiya? ¿Por qué me elegiste a mi, Naira? ¿Qué debo hacer? —cuestionó Hyoga frustrado sosteniendo la mano de la joven

—La alma de este cuerpo volverá a donde pertenece y la mía también, pero tú..., tú debes volver al santuario que Athena interpretará el mensaje, y ya dependerá de ustedes salvar a Seiya...ya no...—Naira cerró los ojos y poco a poco fué desapareciendo hasta convertirse en un montón de estrellas elevándose hacia el cielo

Lo mismo había pasado cuando se despidió de su maestro Camus en el castillo de Hades, a diferencia que en esta ocasión lo que yacía en sus brazos era solo una inocente chica que hasta hace poco albergaba la alma y esencia de Naira dentro de ella

Derramó un par de lágrimas, pero partió a Grecia decidido a cumplir la voluntad de Naira. La mala noticia era que ya no había mucho tiempo.

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No se que tiene la vida contra mi que las tareas parecen nunca acabarse xD

Y ahi lo tienen! El origen de Naira ha sido revelado:'D ¿que les pareció? ¿se lo esperaban? ¿list@s para el final?

Saint Seiya: El Cosmos despiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora