Lugares y tu color preferido

121 11 4
                                    

"Esta mañana lucias tan adorable que no quise despertarte.

Luego del almuerzo ve al parque cerca de casa, daremos un paseo"

Desperté de la manera menos esperada. Encontrarme con su nota pegada en la puerta de mi habitación me alegro sin duda.

Luego de mi almuerzo me dedique a buscarla entre algunas personas que se hallaban en el lugar, no tarde mucho en distinguirla, esperándome en una banca apartada del resto.

Comencé a darle marcha a mis pies y fue antes de acercarme que una extraña sensación me invadió. No encontraba las palabras correctas para explicarlo, pero todo a mí alrededor incluso verle esperando me era muy familiar, como si ya hubiese sucedido en más de una ocasión este tipo de situación.

Al acercarme su sonrisa apareció e inconsciente le imite. Se levanto de la banca y comenzó a guiarme, no quiso responder mis múltiples preguntas, solo me ordeno callar y seguirla ya que pronto descubriría a donde nos dirigíamos.

Inspeccione el lugar sin omitir ningún detalle, mis ojos se abrieron producto del asombro. HaNeul comento que este había sido el restaurant en donde cenamos luego de convertirnos en pareja, al parecer nuestra primera cena de aniversario tuvo lugar en este sitio. Nuestro camino continuo, esta vez nos detuvimos en la entrada del cine, en varias ocasiones veníamos aquí; el lugar que mas solíamos frecuentar era una cafetería no muy lejos del departamento. Simplemente la vista era perfecta desde el segundo piso, el lugar preferido de ambos, en donde podíamos pasar una agradable tarde acompañada de un buen café y una charla entretenida.

Pude ver en ella la melancolía luego de contarme los momentos que pasamos en los diversos lugares a los que íbamos. Aquella nostalgia se marcaba en su rostro mientras sus ojos apagaban el destello que producía su alma. El último sitio fue nada más y nada menos que el rio Han, las personas no solían frecuentarlo en esta estación del año debido al frio, esta era una de las razones por las que pasamos aquí nuestra última cita antes de que se marchase a otra ciudad. Fue en este sitio donde habíamos prometido permanecer juntos sin importar lo muy alejado que estuviésemos, o lo fastidiados que nos encontráramos luego de una discusión, simplemente prometimos no separarnos.

Supe también, que le prometí esto mientras ambos veíamos el cielo brillar gracias a las estrellas y una luna perfecta acompañándolas.

Una lagrima se deslizo hasta su mejilla, la dolorosa tristeza se manifestó en ella. Seque aquella gota antes de que lo hiciera primero, segundos después tome su mano mientras daba un paso hacia delante y sin pensarlo demasiado la cubrí bajo mis brazos. Mi acción tuvo una respuesta inmediata, sus delicadas manos se posaron en mi espalda y se aferraron como si estuviese a punto de caer, pero no lo hizo, no permití que se desplomara en el suelo pero no pude hacer nada cuando quebró en llanto; su corazón estaba completamente destrozado.

Bese su frente incontables veces mientras acariciaba su suave cabello, verla en tal estado lleno un gran hueco de angustia en mi interior y lo peor, no hallaba la manera de reconfortarla de una mejor manera. No pude darle palabras de consuelo ya que se encontraba junto a la persona que ocasiono la separación, tampoco pude decirle que todo estaría bien, eso sería igual a mentirle y lo sabía. He escuchado tantas veces esta frase que nada mejoro, solo empeoraba cada día.

Lo que llego a afligirme fue el no haber sido capaz de recordar alguno de estos lugares, no importaba cuantas veces preguntara si alguna imagen aparecía en mi mente, no podía recordarlo aunque los sintiera tan familiar. Un rostro decepcionado se reflejaba en ella cada vez que negaba, pero a pesar de ello, una chispa de esperanza aun se mantuvo encendida y finalmente logro extinguirse cuando hicimos nuestra última parada en este sitio, como si hubiera apostado a que recordaría aunque fuese un pequeñísimo fragmento de nuestros momentos vividos; pero no lo hice y no deje de reprochármelo internamente.

Cuando logro calmar su llanto se separo un poco, no le permití que lo hiciera por completo; por extraño que pareciera todavía deseaba mantenerla cerca.

- Lo siento, manche tu costoso abrigo – Sonrió apenada. Eso solo la hizo lucir dulce.

- No importa – Acaricie su mejilla rojiza por haber llorado tanto. – Luego te obligare a lavarlo

Permanecimos en silencio por un breve instante, en donde solo nuestras miradas chocaban como si estuvieran hablando por sí mismas. Intente desaparecer la pequeña brecha entre ambos pero sus manos se posaron en mi pecho, firmes, impidiendo que avanzara hasta sus labios y dejando que el deseo de besarle creciera por dentro.

Carraspeo su garganta antes de hablar. – Me gusta tu abrigo – Sonreí al notar que intentaba sacar alguna conversación.

- Sé porque – Me observo desconcertada. – Es por su color azul, tu preferido. Te gusta mucho solo por eso

La sonrisa que marcaba mi rostro desapareció. Abrí mis ojos luego analizar lo que mi boca soltó, ambos nos encontrábamos perplejos y sin tener idea de que decir.

Me separe por completo mientras nuestras manos hicieron el último contacto. Toque mi cabeza sin apartar mis ojos de ella.

¿Cómo pude decir esto si ningún recuerdo apareció?

Sus manos inseguras tomaron las mías, sentir su calidez aparto mis dudas y me trajo de regreso a la realidad.

- Jin Young – Toda mi atención fue únicamente dirigida a sus palabras. – Vayamos de viaje


Mi chica de las notasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora