Mi chica de las notas. Final

155 15 29
                                    

Ni siquiera me moleste en ocultar mis emociones cuando Jae Bum entro luego de oír mis lamentos. No necesitaba ocultarle nada ya que conocía mejor que nadie lo que rondaba en mi interior y como un buen amigo, tomo lugar en el suelo mientras colocaba una mano en mi hombro como señal de que no estaba solo. Descargue todo lo que llevaba dentro, entre cada palabra una lagrima descendía y de esta manera permanecimos, mi amigo acompañándome una vez mas mientras que por mi parte lucia como un completo idiota; había alejado a la única persona que intento ayudarme a recuperar mis memorias y no solo eso, aparte a HaNeul para no lastimarle pero olvide que también sufriría. Ahora mismo, su partida causo más dolor que mi pérdida de memoria.

Un año después.

- Quieres enviarla de una vez – Hablo molesto. – Ya deja de dar vueltas Jin Young, estas mareándome

- Lo siento, es que... - Fui interrumpido.

- ¿Qué? – Enarco una ceja - ¿Acaso temes que no responda?

- Es más que eso – Respondí derrotado.

Suspire pesadamente y me detuve al sentirme mareado luego de ir de un lado a otro. Mis manos temblaban levemente mientras que el nerviosismo se apoderaba de mi cuerpo. Por otro lado, Jae Bum ya se había cansado de verme dudoso, me quito de las manos la nota que traía y sin perder más el tiempo se la entrego al cartero quien se encontraba de la misma forma que mi amigo. Me sorprendí por su acción pero el manojo de nervios que traía no me permitió protestar, permanecí inmóvil mientras observaba como mi nota se alejaba, lista para ser enviada.

- Listo – Palmeo mi hombro al momento que sonreía y regresaba al apartamento. – Fue demasiado fácil

Lo seguí hacia adentro como un niño pequeño cuando perdí de vista al cartero. Una vez más lanzaba un suspiro al aire deseando obtener una respuesta, este sería mi último intento.

Había transcurrido un año desde la última vez que vi a HaNeul, el tiempo había pasado tan lento para mí pero irónicamente los días pasaron con tanta prisa que sin darme cuenta, estas se convirtieron en semanas, meses y así hasta convertirse en un año. Un año en donde no supe mucho de ella.

Desde su partida me dedique a escribirle notas. Día tras día tomaba en mis manos un pequeño papel y comenzaba a escribir los diferentes pensamientos, sentimientos y diversos momentos que vivía durante el día pero, sin importar cuánto le escribiese no obtenía una sola respuesta.

Jae Bum me ayudo a encontrar la dirección en donde comenzó a alojarse, un departamento al otro lado de la cuidad y con con el suficiente espacio para mantenerse alejada. No me atreví a buscarla ya que sabía que solo le causaría dolor al verme y fue por esa misma razón que decidí tomar otra opción. Si no quería que apareciera frente a ella, al menos podría leer lo que tenia para decirle y fue precisamente lo que hice.

Trescientas sesenta y cuatro notas fueron enviadas pero ninguna obtuvo respuesta. No me desanime por el resultado ya que creí que esto sucedería y aun así, continúe con mi objetivo de escribirle al igual que ella lo hizo tiempo atrás. Finalmente esta nota se convirtió en el número trescientos sesenta y cinco, el último papel que le enviaría. La ultima ilusión de encontrarla se plasmaba en aquella nota que pronto recibiría, detallando el lugar y hora.

Transcurrieron tres días cuando finalmente me encontraba en el lugar que había señalado. Mi corazón se agitaba a medida que observaba cada parte del parque más próximo a su departamento con la pequeña esperanza de encontrarla, pero como si el destino estuviera torturándome una vez más, no apareció. Creí que si permanecía más tiempo la vería pero no obtuve un buen resultado y ello acabo por destrozar de una manera tan dolorosa todo mi interior. Sin nada más por hacer, regrese resignado a casa, cargando mi abatido corazón.

Mi chica de las notasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora