— ¡NO! — Grité, corriendo mi cara y cerrando los ojos, esperando no ver su mirada de decepción.
— Perdón, no quería que te incomodaras. — Dijo, en un tono apagado.
— No eres tú el problema. Es sólo que... no puedo darle un beso a quien es el mejor amigo de mi ex novio.
— Entiendo. — Me respondió, bajando la cabeza. —No te molestaré más.
— Ty... — Dije, pero no se detuvo a escucharme.
Se levantó, subió las escaleras, me saludó con un "nos vemos luego" y se fue.
El resto del día me quedé pensando en lo que había pasado. Por la noche igual. ¿Había hecho mal en rechazarlo? Pensé y pensé... hasta que me quedé dormida.
Me levanté con una llamada en el teléfono de mi habitación. Atendí.
— Hola, ¿quién habla?
— Secretaría del internado Colton High. Usted tiene una llamada internacional de Miami, USA. ¿Quiere tomarla?
— Sí, por supuesto.
Y cuando por fin me comunicaron con la persona que había llamado, pude escuchar una voz masculina muy conocida, que hizo que una lágrima mojara mi mejilla.
— ¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños hermosa Lina, feliz cumpleaños a ti! —Me cantó esa persona.
— ¡Papá! Pensé que no te acordarías. ¡Gracias!
— ¿Cómo voy a olvidarme del día de nacimiento de mi hija favorita?
— ¿Favorita? Soy tu única hija...— Dije, un poco molesta por eso y él rió. Siempre me hacía la misma broma.
— Y dime, ¿cómo van las cosas por allí? —Preguntó.
— Más que bien. Estoy contenta de los compañeros que me tocaron y de los maestros, que son muy buenos... o por lo menos, la mayoría lo son. Además, ¡el lugar es hermoso! Lo único malo es que te extraño más que nunca.
— Yo también a ti, chiquita mía.
Y de repente, recordé algo. Algo que me había hecho poner muy triste.
— Pa, ¿puedo hacerte una pregunta? — Pregunté, tímidamente.
— Por supuesto, Lina.
— ¿Por qué no me has invitado al casamiento? Digo, no es que me haya muerto por ir, pero me hubiese gustado estar en un momento tan importante.
— Pero si tú no estabas ni invitada. Además, ¿por qué vendrías para aquí por algo tan insignificante? — Rió al decir eso último.
Esas palabras me dolieron mucho. ¿No estaba invitada? Realmente me dolió.
— Oye... ¿cómo te enteraste de lo del casamiento?— Preguntó curiosamente.
— Eso no importa. Eres una basura de padre. ¿No te importa que tu hija, la única que tienes, vaya a tu casamiento? No me lo esperaba de ti. Sí de Lauren, pero no de ti.
— ¡Wow, wow, wow! Lina, ¿de qué hablas?
— ¿Es broma, verdad? — Pregunté, riendo sarcásticamente.
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Internado para rebeldes
Teen FictionLina Lambert, la chica rebelde y consentida, llega a un internado en Londres tras haberle jugado una broma pesada a su madrastra. Su padre estará convencido de que aprenderá buenos modales en esta institución, pero lo que no sabe es que allí conocer...