Capítulo 19

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  — Vaya, vaya, vaya... ¿Quién nos visita nuevamente?

Si, era la maldita directora. Tercera sanción. A horas de terminar con la primera, a días de terminar con la segunda... pero no me bastaba con esas dos. ¿"La tercera es la vencida" dicen? Pues, la pelea con Mark fue un problema para mí y para mi querida amiga Sarah.

  — Parece que tenemos una nueva acompañante. Bueno veamos... señorita Rae, usted tiene una sola sanción, que es la de la obra de teatro. Perfecto. Ahora va a tener una más. Sólo llego a dos — Sarah suspiró del alivio—En cuanto a usted, señorita Lambert... Ya va por la tercera, lo que significa que al ponerle ésta, me veo obligada a suspenderla por tiempo indefinido. Ha causado muchos problemas en tan poco tiempo. 

Mierda.

  — Irina. — Aquella mujer que tenía frente a mis ojos, puso mala cara— Perdón... señora directora. Nuestra amiga está sufriendo por ese chico. ¡Él no es inocente! ¿Por qué no está con nosotras recibiendo una sanción? — Dije. 

Mark nunca más se iba a meter con Gemma ni tampoco con nosotras, porque lo que ocurrió en su dormitorio fue algo que nunca olvidaría. "El chico que grita como niña" tituló el blog que tanto hablaba sobre nosotros y, dentro de la entrada, el anónimo posteó un vídeo grabado por Sarah y por mí. En este vídeo, el ex novio de nuestra amiga, intentaba salir del dormitorio gritando como una niñita porque había visto un par de arañitas en su cama. Al abrir su puerta, se encontró con un balde de agua en la parte superior de ésta, que lo mojó de la cabeza a los pies. "¡Dí 'Whisky', Mark!" fueron las palabras que dijimos al verlo. Sólo tenía una toalla y, para la foto, se la tuvimos que sacar a la fuerza. Su pequeño miembro apareció en la portada del blog. ¡La foto era gigante y en HD!

— Disculpe señora, pero usted no tiene pruebas para decir que nosotras fuimos las que sacamos la foto. ¡Y decir que Mark lo dijo no es una prueba! — Comentó la inteligente Sarah Rae. Nunca se me hubiese ocurrido eso.

Gracias a esas últimas palabras de mi amiga, salimos sin tener castigo alguno. Por desgracia, el ex novio de mi amiga tampoco fue sancionado. 

Después de eso, mi única preocupación era la obra de teatro. Era el día y nada podía salir mal. Esperaba que Tyler no lo arruinara.

La función se iba a realizar antes, pero con el fallecimiento del padre de Sean, decidieron posponer la obra. Era entendible por lo que, tanto los alumnos como los padres, no se quejaron y decidieron hacerla más tarde.

La ambientación era de la época isabelina. Fue una era en la historia inglesa marcada por el reinado de la reina Isabel I (1558-1603) y, hasta la muerte de Jacobo I, en 1625. En esa época, los "reyes" de la literatura eran William Shakespeare, Christopher Marlowe, Ben Jonson y otros. 

La ropa que tenían que usar las mujeres era algo que nunca usaríamos en la actualidad: fondos o camisones hechos de lino fino; medias, sostenidas por ligueros y un corset. Esa era la ropa interior. Luego, debíamos ponernos pantaloncillos con volantes (parecidos a enaguas), y una crinolina (también se llamaba miriñaque o armador y era una forma de falda amplia que se usaba debajo de la ropa). Sobre estas prendas, teníamos que usar un vestido amplio, aplastado en la zona del pecho; estaban hechos de terciopelo, brocado, seda o satén (dependiendo de la estación). Estaban elaborados con mangas separadas, que estaban decoradas con pieles. También, debíamos usarlos con amplios collarines alrededor del cuello. Los corpiños eran ajustados por arriba del corset. 

Los hombres debían usar medias también y una bragueta para cubrir sus genitales. Era tan gracioso verlos ponerse esa ridiculez, pero era lo que se usaba en esa época. Sobre eso, se tenían que poner una camisa, un jubón (prenda de vestir ajustada que cubría el tronco del cuerpo), mangas separadas, collarines y, a veces, una capa.

Internado para rebeldesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora