No tenía otro remedio. Tenía que subir y hacerle una visita a la enfermera Witless. Witless tenía una nariz alargada y con arrugas y granos, con unas grandes gafas. Tenía el pelo blanco, y le faltaban ya muchos dientes. Su ropa, un vestido de pueblerina, pero con muchos agujeros, y muy sucia. No es que no tuviera dinero, pero es que solo invierte lo justo. En lo que más gasta es en bebida. Deseaba a todas horas una botella de licor y de ron. Y había dejado, desde que se fue de ser enfermera, su vida.
"Ella contaría cosas horribles sobre mí. Me destrozaría, y me ahorcarían o algo mucho peor..."
En realidad, no venía de visita, venía para darle más libras. Según la enfermera Witless, es un cobro por todos los servicios que dió. Aunque en realidad no hizo ni el más mínimo caso a Alice. No la cuidaba, ni siquiera sabía que era su "País de las Maravillas". Cuando Alice se apartaba un poco, la anciana alcólica la atacaba con que le iba a contar cosas que habría dicho Alice. Todas falsas.
Subió a por las escaleras de caracol de ladrillo, para llegar a la azotea. No es que viviera ella allí. Viven sus pequeños exclavos, en jaulas de madera, cuviertas por mantas de pienso. Desde la azotea, se puede ver todo Londres, pero la llegada de las industrias y su humo, hacían de aquella bella vista, un fondo con polvo y oscurecido. Eso si se le añade las jaulas de palomas. Estaban colocadas en el borde de la azotea. Aún así, se podían ver algunos rayos del Sol. Estaba atardeciendo.
En la azotea, habría por lo menos 20 jaulas, amontonadas unas encimas de otras, a los laterales de los balcones. Todas piaban con su típico ruido. Algunas chocaban contra las paredes de la jaula, escapar de esa prisión, aunque significase empujarla un poco para tirarla por el balcón. La cárcel del tejado, estaba formadas por dos azoteas, unidas con un puente. Al otro lado, estaba la enfermera Witless, pasando la comida por sus criaturas. Alice cruzó el puente. Mientras lo cruzaba, se preguntaba cuánto le tendrá que dar hoy. También se preguntaba porque ese puente no se rompía. Ya daba igual, ya estaba al otro lado. Allí estaba, dando de comer a las palomas. Se dirigió hacia ella.
-Enfermera Witless-dijo Alice-¿Me hará daño? ¿Me devolverá al psiquiatrico?
-No, te aseguro que no, querida. Tengo tanta sed que se puede cortar con un cuchillo. Necesito un trago...-decía mientras daba dos pasos hacia el borde del balcón. De repente, Alice tuvo una extraña sensación, la enfermera Witless empezó a hacer unos movimientos extraños. Como si tuviera algo dentro. Y efectivamente, de su cuerpo, salieron de los hombros dos antenas, o una especie de brazos de las mantis religiosas. Agachó un poco la cabeza para verse las manos. Alice no sabía que estaba pasando. "No, otra vez no..."
Witless, o lo que queda de ella, se giró repentinamente hacia Alice. Tenía la cara de un insecto, una mantis o una hormiga. Y dió un rugido, sacando gran parte del liquido pegajoso de su boca. Y se acercó rapidamente a Alice, como un zombie corriendo. Alice, asustada, dió un par de pasos hacia atrás. De pronto, un terremoto. El suelo se estaba haciendo pedazos. Alice vio el suelo. Por las grietas, se dejaba pasar un poco de luz. De repente, el suelo se abrió. Alice empezó a caer, y a caer, y a caer. Dando volteretas mortales, no paraba de girar y de caer.
"Son unas aves hermosas...como tú."
Siguió cayendo y girando, intentando estabilizar la caida. Empezó a ver relojes,de todo tipo, de cuco, de bolsillo, de pared...
"Ve al país de las maravillas"
Se consiguió estabilizar. Pero seguía cayendo. Empezó a comprender: estaba viajando al Pais de las Maravillas
"¡Mató a su familia!"
Empezó a ver esta vez, esas muñecas, que no dejan de atomentarla estos últimos días. Vio su sangre, o su rastro.
"Corrupción...corrupción..."
De repente, sintió que su cuerpo iba a explotar. Y bum.
Empezó a aminorar la velocidad. Su vestido, había cambiado. Ahora era un traje azul, con la parte delantera blanco, con dos bolsillos, con dos símbolos astrológicos. Tenía pequeñas marcas de sangre. Estaba flotando, por su vestido. Empezó a ver su pais de las maravillas. Las cartas volaban, las nubes hacían un día claro. Ya veía ahí abajo canicas de enormes proporciones, y los dados de colores. No había dudas, estaba en el Pais de las Maravillas.
-He vuelto. Pero, ¿por qué?
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Alice y El Regreso de La Locura (Alice: Madness Returns)
Mystery / Thriller"¡Mi Pais de las Maravillas devastado! ¡Mi mente está destrozada!" Del cuento original de Alicia, viene su continuación maligna, terrorifica y llena de locura y misterio.