Alice y El Regreso de La Locura (Alice: Madness Returns)

Capitulo 7: Apetito extravagante

Sin duda algo pasaba en el Pais de las Maravillas. El paisaje era distinto, los árboles se marchitaban, y no se dejaba más florecer. El viento no era normal, y su aroma no era el de flores,más bien, olía a motor y olor de fábrica de carbón. Ya no era tanto un sueño, más bien se acercaba a la pesadilla. Había que buscar soluciones, pero ella no sabia que pasaba.

"¿Qué puedo hacer?"

Se paró en un barranco. Al fondo de él, había muchos árboles, setas gigantes y juguetes desperdigados. Cada vez que profundizaba la vista, los árboles se iban marchitando, hasta llegar a una especie de cañón desértico. Alzó un poco más la vista y lo vio: la fábrica del Sombrerero. Entonces pensó, que a lo mejor si pregunta a los habitantes del Pais de las Maravillas, es posible que obtendría más información sobre lo que pasaba. La última vez que vió al Sombrerero lo dejó trizas, hecho un problema de mecánica, con las piezas desperdigadas. ¿Y por qué lo dejó un desastre? En aquel momento, el Sombrerero la invitó a acompañarle en su mítica fiesta de té. Alice se tomó una o dos tazas de té, y casi se convertía en una fiesta de despedida. Vio que la tetera era una verdadera locura, y quedó ágria Resultaba que el Sombrerero era miembro de la selección "real" de la Reina Roja, y como tal, tenía que acabar con la competencia. Sin embargo, Alice siempre supo que habría un Sombrerero dentro con corazón puro, pero eso no podía ser. Aún así, Alice continúa con esa idea de ensueños.

Con esta idea, Alice decidió continuar por el camino hacia la fábrica del sombrerero. En su camino, vió una pequeña casa. Era una típica casa de cuentos, pero sin el "de cuentos". En ella, vivía una vieja, y tan vieja conocida: La Duquesa. Es una señora, más bien grande, que en su momento perteneció al lado de la Reina Roja. Ahora ella misma se considera neutra. Estaba mezclando algo en un caldero gigante. Cuando vió a Alice, se le levantó una sonrisa.

-¡Alice!-dijo ella-justo a tiempo...Tengo un guiso de cerdo listo para salir...

-¿No estás con la Reina?

-La guerra acabó, ¿no es así? Yo ya no me meto en lios bélicos, ahora me meto en mis lios culinarios.

-Bueno, es bueno saberlo, ¿entonces no sabes nada de lo que planea la reina?

-Despues de la derrota no creo que quiera venganza...Es agresiva, pero algo educada...Pero dejemonos de cosas reales. Lo real, es que tengo un problema.

-¿De que se trata?

-Soy algo mayor para cazar, y este guiso no puede estar quieto...¿Te importa ir a la parte de atrás a por dos morritos de cerdo? Vendrán de lujo para el guiso. Si no colaboran,echales pimienta.

Mientras decía esto último, señalaba con el cucharón un bote de pimienta, que en realidad era un arma. Los morritos de cerdo han sido el corazón de la duquesa, siempre los ha adorado, para comer. Alice cogió la pimienta, se fue a la parte de atrás y empezó a cazar esos morritos de cerdo. La duquesa dijo dos, y menos mal que solo cazó dos. Al volver, devolvió la pimienta y los morritos, y vió como terminaba el guiso.

-Oh, Alice-contestó despues de agitar dos o tres veces el guiso-creo que te va a encantar como a quedado el guiso...¡Me muero de hambre!

-Me encantaría...-respondía con cierta ironía-pero tengo que irme, el Pais de las Maravillas esta siendo destrozado, y quiero solucionarlo, no veo que a nadie le importe...

-Alice...a todos nos importa, pero,casualmente yo estoy lo sufientemente loca y hambrienta como para ignorarlo. No me odies Alice. Además, tú conoces más que es la locura que nosotros, ¿no?

-Es posible...y la unica que lo ha superado, veo...

-Bueno, si quieres relajarte ya sabes donde estoy...tengo guiso de cerdo hasta el fin de los dias.

Alice se fue lo más rápido posible de esa casa. La duquesa solía ser más estricta con el mundo. Ahora es más...hambrienta. Ella había cambiado, y bastante. ¿Habrá cambiado el Sombrerero también?

No. La locura se crea o se desarrolla. Nunca se destruia. Y más cuando se trata de alguién que no para de beber té...